Los soportales traseros del mercado del Arenal dejarán de ser refugio de indigentes. Los sin techo, sus perros y enseres dejarán esta zona en un mes.

La delegación de Salud y Consumo del Ayuntamiento vallará en octubre, con un año de retraso, el muelle trasero del mercado que da a la calle Genil. Los comerciantes llevan varios años denunciando esta situación. «No son violentos, pero por higiene y salubridad esta situación no se debería de haber permitido en un mercado público», denuncia Justo, representante de los placeros.

El mal olor se mete en la nariz con sólo pasar por el otro lado de la calle y, a veces, montan sus fiestas en las escaleras del mercado, provocando también el descontento del vecindario.

Los clientes de la plaza de abastos se quejan, pero más aún los propios repartidores industriales. Ellos son los que se encuentran cada mañana allí a los mendigos cuando muy temprano llegan para descargar la mercancía en el muelle.

Con las manos atadas

Las vallas deberían estar colocadas desde octubre de 2006, según critican los comerciantes. Durante este tiempo, han llamado en numerosas ocasiones a la Policía Local, pero les decían que ellos no podían hacer nada para echarlos. Y Lipasam lleva sin limpiar a fondo la zona desde que están allí.

Contenedores soterrados

Las calles más anchas del Arenal podrían tener contenedores soterrados. Los vecinos y Lipasam se reunieron ayer para llegar a un acuerdo en relación a la polémica recogida de residuos en la zona. La empresa municipal estudiará las propuestas de los residentes, que no están de acuerdo con tener los cubos en sus portales.