La melancolía y las amenazas a la estabilidad dominan el Festival de Fotografía Mediterránea

  • El certamen de este año está dedicado a la reportera franco-marroquí Leila Alaoui, una de las 30 víctimas mortales del atentado de enero de 2016 en Burkina Faso.
  • La sexta edición del festival Photomed llenará de actividades y exposiciones varias ciudades de la Costa Azul francesa.
  • Los valores de las culturas del Mediterráneo, la apertura, el intercambio, la creatividad y la belleza, son los ejes del evento, que este año rezuma tristeza.
Foto nocturna de Marc Riboaud en Fez
Foto nocturna de Marc Riboaud en Fez
© Marc Riboud
Foto nocturna de Marc Riboaud en Fez

Cuando la fotógrafa franco-marroquí Leila Alaoui falleció, en enero de 2016, en el atentado de Al Qaeda contra una zona turística de Uagadugú, capital de Burkina Faso, un ataque que terminó con 30 víctimas mortales, la joven artista (33 años) tenía entre sus planes organizar una exposición dedicada a su madre, Christine Alaoui. Quería agradecerle el impulso que recibió para dedicarse a la fotografía, que la madre practicaba pero con el placer inmenso del amateurismo.

La exposición, la primera de Christine Alaoui, que nunca se consideró merecedora de mostrar obras en público, se celebrará en el del Festival de la Fotografía del Mediterráneo (Photomed). El carácter de homenaje póstumo de la hija a la madre resume la sensación de melancolía que domina la edición de este año, la sexta, del certamen que se celebra, del 26 de mayo al 19 de junio, en el área de la localidad de Sanary-Sur-Mer de la Costa Azul francesa.

Víctima de la 'ignorancia'

Los organizadores de la cita han modificado la política habitual de presentar a un país invitado como protagonista principal del festival, para dedicar el de este año a Leila Alaoui, que "sucumbió a las balas de la ignorancia, el oscurantismo y la barbarie", señalan en la presentación del evento. La exposición, titulada Blended (Mezclado), incluye las 16 obras que la fotógrafa asesinada había seleccionado y retocado para presentar en público el trabajo hasta ahora anónimo de su madre.

Son imágenes en blanco y negro tomadas en la década de los años setenta en Marruecos y los EE UU, destilan atemporalidad y muestran el cosmopolitismo de la familia Alaoui —el padre era francés y la madre marroquí—, un guiño a un momento, precisan desde el festival, en que la "mezcla de culturas" determina que "muchas personas se sientan como ciudadanos del mundo en lugar de estar exclusivamente atados a su tierra nativa.

Sin vistas soleadas y cielos azules

La edición de este año estrena director artístico: Guillaume de Sardes, escritor, fotógrafo y artista audiovisual. En el texto introductorio de la programación opta por un lema, El mar de noche, que resume el espíritu de nostalgia que empapa a los países mediterráneos durante una época de convulsión, crisis migratorias y violencia. La decisión de enfocar el retrato en la nocturnidad es buscada. "No debemos esperar que la fotografía mediterránea entregue imágenes predecibles de vistas soleadas y cielos azules", escribe De Sarde.

Buena parte de las casi veinte exposiciones programadas para este año están iluminadas por la luz eléctrica de los tendidos o por la fosforescencia nocturna. No se muestran lugares y personas bajo el resplandor que domina la imaginería turística de la zona, sino lugares secretos —la libanesa Lara Tabet entra en pequeños y solitarios escondites donde los amantes buscan intimidad en medio de la ciudad—, el retorno al paisaje dejado atrás a la fuerza —el también libanés Bilal Tarabey retrata Beirut, ciudad que dejó hace décadas para vivir en París— o la fascinación de un primer encuentro con una noche extranjera —el italiano Giulio Rimondi se embarca en paseos urbanos sin rumbo—.

La sala de cine como espacio fotográfico

En consonacia con la pesadumbre de las sombras, varias exposiciones se central en el cine como espacio fotográfico clásico —una caja oscura donde juega la luz caprichosamente sobre la pantalla—.

Alain Fleischer rinde homenaje a los años dorados del cine producido y rodado en Italia con una serie de fotos de proyecciones de fotogramas de películas en medianeras, edificios y monumentos de Roma; Richard Dumas presenta una colección de retratos de grandes estrellas fílmicas, y Stephan Zaubitzer retrata una colección de salones de proyección de los países de la orilla sur mediterránea.

Para completar la programación de una edición que desea mostrar la oscuridad vital que también se puede agregar a los valores mediterráneos, está anunciada una exposiciones sobre Túnez del gran fotógrafo humanista Marc Ribaud, que desde los años cincuenta del siglo XX ha deambulado por cada rincón de la zona.

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