Los 'blanqueamientos' raciales de Hollywood

  • Scarlett Johansson en 'Ghost in the Shell' y Tilda Swinton en 'Doctor Extraño' son los ejemplos más recientes.
  • Hollywood prefiere confiar los papeles protagonistas a intérpretes caucásicos sea cual sea la raza del personaje principal.
  • Africanos, árabes, asiáticos, latinos o los indígenas de América han sido caracterizados muchas veces por blancos o actores de otras nacionalidades.
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Scarlett Johansson en una imagen de 'Ghost in the Shell'
Scarlett Johansson en una imagen de 'Ghost in the Shell'
Dreamworks
Scarlett Johansson en una imagen de 'Ghost in the Shell'

Las polémicas por la poca variedad racial no afecta en Hollywood solo a las nominaciones a los Oscar, la controversia se extiende a muchas de sus superproducciones con intérpretes a menudo de raza blanca que no se corresponden con las características raciales del personaje. Los dos ejemplos más recientes los tenemos con la adaptación del manga de culto Ghost in the Shell y la de los cómics Marvel de Doctor Extraño.

Las productoras Paramount y DreamWorks se frotaban las manos pensando en que la elección de una estrella como Scarlett Johansson era una baza inmejorable para encarnar a la cyborg japonesa Motoko Kusanagi, especialista en la investigación de crímenes tecnológicos, en Ghost in the Shell. Sin embargo, Scarlett no tiene nada de asiática y las protestas airadas de miles de fans enseguida inundaron Internet. Para empeorar, a más de uno le vendría a la mente, o en sus pesadillas, esa nefasta adaptación de 2009 de Goku y compañía denominada Dragonball Evolution., y por la que el guionista acaba de pedir disculpas, siete años después.

En Doctor Extraño, que protagonizará Benedict Cumberbatch, el personaje del maestro y mentor llamado El Anciano tendrá los rasgos de Tilda Swinton, una actriz británica de aspecto andrógino y tez muy blanca, pero lejos del origen tibetano de su personaje. Uno de los guionistas, C. Robert Cargill, defendía la elección alegando que el posible reconocimiento de un personaje tibetano podría convertir la película en una cuestión política, enemistándola con "millones de chinos".

El mercado chino es uno de los más importantes actualmente para las películas norteamericanas. Así que, a confiar en la magia interpretativa de la camaleónica Swinton. El estreno será a finales de octubre; mientras que el de Ghost in the Shell con la caucásica Scarlett Johansson está previsto para abril de 2017.

El pasado año, la comedia romántica Aloha, protagonizada por Bradley Cooper y Rachel McAdams, tuvo más repercusión por el hecho que la pelirroja Emma Stone interpretara a una nativa hawaiana que por su éxito en taquilla, que fue nulo. Hace un par de años, el Exodus: Dioses y reyes de Ridley Scott, en torno a Moisés y las plagas bíblicas, fue acusado igualmente de "racista" y "blanqueamiento premeditado" por recurrir a actores blancos para interpretar a egipcios.

Ese "blanqueamiento" tiene en Estados Unidos incluso un término propio, el "whitewashing", y Hollywood cuenta con una larga lista. Entre los casos más recientes Johnny Depp haciendo el indio en El llanero solitario o Jake Gyllenhaal protagonizando Prince of Persia. También los protagonistas de la adaptación con actores de carne y hueso de la serie de animación Airbender: El último guerrero.

Rebuscando entre los secundarios, Rooney Mara hizo de la nativa americana Tigrilla en la superproducción Pan; el citado Benedict Cumberbatch fue el villano Khan, de ascendencia hindú, en Star Trek: En la oscuridad; o en El atlas de las nubes se transformaron a numerosos actores blancos y negros en asiáticos. En cuestiones orientales, Hollywood tiene bastantes problemas. Memorias de una geisha fue protagonizada por las actrices chinas Michelle Yeoh y Zhang Ziyi, la pega es que sus personajes originales eran japoneses.

Diez 'blanqueamientos' de antología

Los antecedentes de Hollywood con lo del "whitewashing" vienen de lejos. Se remonta desde los inicios, ya en El nacimiento de una nación (1915), de D. W. Griffith, con todos los extras negros interpretados por actores blancos con la cara pintada; por no hablar de los nativos indios de Norteamérica en numerosos westerns o esa manía de poner a intérpretes y lugares mexicanos cuando la acción transcurre, supuestamente, en España.

Entre los más clásicos, irresistible elaborar un particular top ten. John Wayne como el histórico guerrero Gengis Khan en El conquistador de Mongolia (1956); Al Pacino en los memorables personajes cubano Tony Montana de El precio del poder (1983) y el puertorriqueño Carlitos en Atrapado por su pasado; la gran Katharine Hepburn de china en Estirpe de dragón (1944); Charlton Heston de mexicano en la extraordinaria Sed de mal (1958) o el cómico Peter Sellers hindú en El guateque.

Prosigamos con la Cleopatra de Elizabeth Taylor en la conocida superproducción de 1963; la menuda actriz blanca Linda Hunt encarnando un hombre y además chino-australiano en El año que vivimos peligrosamente (1983) —interpretación por la que además se llevó el Oscar como mejor secundaria—; el británico Laurence Olivier como el musulmán de tez oscura Otelo (1965); Marlon Brando japonés en La casa del té de la Luna de agosto (1956) y Mickey Rooney lo mismo en Desayuno con diamantes (1961).

Mención especial para el espléndido actor británico Alec Guinness en dos no menos famosas películas de David Lean: como el príncipe árabe Faisal en Lawrence de Arabia (1962) y de profesor hindú en Pasaje a la India (1984). Sí, la versatilidad de la caracterización y el gancho comercial de las grandes estrellas hollywoodienses se anteponen a la autenticidad.

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