El Ministerio Fiscal sostiene que, sobre las 22.30 horas del día 31 de enero de 2015, los acusados se dirigieron a un domicilio de la calle Ana María de Gijón, donde vivía una pareja. Después de llamar a la puerta y decir que eran policías mostrando un carné que portaba uno de los acusados, la mujer les facilitó la entrada.

Una vez dentro del domicilio, uno de los acusados permaneció en el salón de la casa con ella, mientras que el otro acusado llevó al hombre a una de las habitaciones del piso, donde tras repetirle que era policía, le pidió la documentación, le dijo que no hablara y que se sentara, al tiempo que le pedía que vaciara los bolsillos. Ante el temor fundado de que le hicieran algo a él o a la mujer, le entregó dos teléfonos móviles, un juego de llaves y 33 euros en efectivo. A continuación, el acusado registró la habitación, encontrando en un cajón 900 euros más, de los que se apoderó.

Mientras tanto, en el salón de la casa, el otro acusado registró el bolso de la mujer y se apoderó de 415 euros que guardaba en su interior. Después le preguntó si tenían caja fuerte y, al contestarle ella que no, la amenazó con llevarla a comisaría y con quitarle a su hijo de seis meses. A continuación, ambos acusados salieron del domicilio y huyeron corriendo.

La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de robo con intimidación en casa habitada y solicita que se condene a cada uno de los acusados a cuatro años de prisión e inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, junto el pago de las costas procesales.