La Jefatura Superior de Policía de Canarias explicó que los hechos se desencadenaron tras recibirse en la sala 091, aviso de la central de alarmas de una empresa de seguridad privada, de la activación de una alarma en un local comercial.
De esta manera, los agentes que acudieron al lugar comprobaron que el cristal de la puerta de acceso se encontraba fracturado, así como una piedra de grandes dimensiones en el interior, donde no había ninguna persona.
En paralelo, otros policías localizaron en las inmediaciones a un hombre que presentaba restos de sangre en su mano derecha. Al ser preguntado por el origen de la misma, reconoció ser autor de los hechos, motivo por el que los agentes procedieron a su detención.
Instruido el correspondiente atestado policial, el detenido fue puesto a disposición de la Autoridad Judicial competente, quien decretó su ingreso en prisión.
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