Si algo puede salir mal en una cobertura informativa, saldrá. Sobre todo si en ese escenario participa un locutor arrogante dispuesto a inventar titulares de guerra con tal de relanzar una carrera en declive. Y todo ello desde su escondite, situado en el acomodado barrio neoyorquino de Queens, ajeno a los conflictos bélicos de los que informa. Ese es el pilar sobre el que se sustenta  Special Correspondents, la nueva comedia del humorista Ricky Gervais (The Office) y Eric Bana (El único superviviente) que estará disponible en Netflix a partir de este viernes, en un estreno simultáneo en los más de 190 países a los que llega la plataforma.

Gervais se inspiró en la película homónima francesa de 2009 para crear un guión con el periodismo como telón de fondo: "Cogí la idea central de un par de idiotas que cubren una guerra. Pero es que además hacen radio, así que podíamos fingirlo". Y de la mentira, de un estudio de grabación que simula estar en el corazón de Ecuador, surge la fama que les transformará en héroes de la prensa y de la televisión.

Con esta premisa, una crítica directa a un oficio cada vez más cuestionado, afronta ahora "el proyecto más ambicioso" de su larga trayectoria profesional, tal y como aseguró hace unas semanas en un macroevento que celebró Netflix en París. 

¿El resultado? Una hora y cuarenta minutos de sátira periodística orquestada por su humor irreverente y contestatario, aunque el verdadero objetivo de la cinta, escrita, dirigida y protagonizada por él, es la fama en sí misma: "Hoy en día no existe ninguna diferencia entre fama e infamia. La gente prefiere ser recordada como completos idiotas que no ser recordada en absoluto". El personaje de su mujer, sin ir más lejos, es la personificación de esa parte de la sociedad que se siente cegada por la popularidad, sin importar hacia qué lado se incline la balanza.

A pesar de que nació como una película convencional, con el objetivo de que se proyectara en cines, una oferta de Netflix cambió por completo el escenario. Fue la cifra de 80 millones de suscriptores en todo el mundo el dato definitivo para que Gervais aceptara y el proyecto se alejara de la idea inicial: "Con ellos, el cielo es el límite porque lo ve todo el mundo. Es global, inmediato y eso es genial".

Las salas de cine, para el humorista, se han quedado obsoletas en una sociedad que ahora decide cómo y cuándo quiere consumir películas y series de televisión: "Tenemos que asumirlo, la mayoría de la gente las ve cuando ya no están en las salas".

Con esa oferta sobre la mesa que terminó en apretón de manos, Special Correspondents se sumó al cada vez más extenso número de títulos de producción propia de Netflix. Así fue como Gervais adaptó su película a esas nuevas formas de consumo, con la finalidad de llegar al mayor público posible, y lo hizo también con la libertad creativa e interpretativa que reclama el humorista. "Como director, no obligaba a los actores a seguir el guión. Cuando lo escribes, nunca se sabe quién va a decir las líneas, y no hay nada menos divertido que alguien que trata de ser divertido; es patético".

La fórmula de su éxito reside precisamente en no poner límites al ingenio: "Es importante tomarse en serio la comedia, pero es necesario dejar volar la imaginación" porque, para él, la comedia es "estupidez sin arrogancias". A esa libertad actoral se suma también la pasión por el oficio y el intento de acercarse al máximo a la naturalidad: "Cuanto más real y natural sea una actuación, mejor para la audiencia"; una idea que aplaude su compañero de reparto Eric Bana: "Hay que ser original e intentar gustarse a uno mismo".

Vera Farmiga (Bates Motel), Kelly Macdonald (Boardwalk Empire), Kevin Pollak (Sospechosos habituales), America Ferrera (Betty), Raúl Castillo (Looking) y Benjamin Bratt (Modern Family) completan el elenco de una comedia crítica con la sociedad de nuestros días.