El 14 de abril Correos compró una flota de scooters eléctricas a la empresa Scutum para realizar sus repartos en las ciudades de Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. No es la única empresa de mensajería que está renovando sus medios de transporte: Google, Amazon, SEUR y MRW son algunas de las compañías que están apostando por la movilidad sostenible en los últimos tiempos.
Volver al uso de la bici, la moto eléctrica, el dron… los nuevos métodos de envío se encuentran en un estado de evolución continua que los hace distar mucho de los métodos tradicionales.
Y si no, que se lo digan al soldado griego Filípides, que tuvo que recorrer a pie 225 kilómetros desde Atenas hasta Esparta para entregar un mensaje de auxilio. La hazaña se convirtió en el falso mito de lo que hoy conocemos como maratón, ya que la leyenda popular dice que murió de fatiga tras haber recorrido 37 km desde Maratón hasta Atenas para anunciar la victoria contra el ejército persa.
Así nació el sistema de correos
Para conocer el inicio del sistema de correos hay que remontarse al antiguo Egipto. En el año 2200 a.C, el faraón Pepi II (PDF) estableció un servicio permanente de mensajeros en canoas, cuyos informes iban y venían por el río Nilo.
Más tarde, en la dinastía Tchou, en el Imperio Chino, desde el 1255 a.C. al 1122 a.C., existió un sistema de correos (PDF) que poseía cinco rutas y 16.000 estaciones postales. Unos 70.000 mensajeros recorrían hasta 230 kilómetros diarios a caballo para entregar los mensajes.
Durante el Imperio Romano, con el emperador Augusto al mando, también se utilizó el caballo como medio de transporte de mensajería y, posteriormente, en la Edad Media, las palomas mensajeras surgieron como método de transporte complementario.

Con el rey Luis XVI de Francia (PDF) se empezaron a utilizar las diligencias como medio de transporte de mensajería en todo el mundo, pero eran asaltadas con frecuencia por bandoleros. Prueba de ello fue el Pony Express, el servicio más rápido de mensajería y correos que tuvo la Unión Americana en el siglo XIX y del que salieron figuras legendarias como Buffalo Bill o Wild Bill. Aunque estos personajes terminaron como atracadores, inicialmente fueron jóvenes carteros atraídos por la oportunidad de aventuras y el dinero que les prometía ser jinetes del Pony Express.
La aparición del ferrocarril en 1832 fue una auténtica revolución para el transporte de correo. Aunque inicialmente fue tirado por caballos, lo sustituyeron las locomotoras de vapor en la segunda década del año 1800.
Eran los llamados trenes correo, objetos codiciados de ladrones que buscaban interceptar dinero en metálico y otras posesiones antes de que llegasen a sus dueños.

Los barcos de vapor, hacia 1850, representaron un gran salto en la navegación fluvial y marítima porque permitieron transportar productos corriente arriba y a través de canales de agua que anteriormente eran inaccesibles por barcos de vela. El volumen de los paquetes creció junto con el tamaño de los barcos y así aparecieron los barcos correo que, poco tiempo después, también admitieron pasajeros.
La llegada de los camiones a comienzos del siglo XX, seguida por los aviones de carga, marcó un salto en la inmediatez con la que los productos llegaban a destino. El siglo XX se convirtió en el punto de inflexión para el transporte de mensajería y en él nacieron las empresas de transporte que actualmente utilizan métodos combinados para los envíos internacionales.
Movilidad sostenible

La economía colaborativa ha hecho que nazcan startups como Shipeer, empresa valenciana, que ofrece poner en contacto a personas que necesiten enviar algo de un lugar a otro y que deseen hacer esto compartiendo el maletero de su coche.
Las scooters tradicionales han abierto camino a las eléctricas como la Scutum 02. Empresas de mensajería como Correos, Ara Vinc y Jets ya las utilizan en España y Amazon lo hace en Londres. Con las furgonetas tradicionales se ha dado el mismo caso, SEUR ha cambiado algunas de ellas por eléctricas para realizar sus repartos.

Los camiones contarían con una serie de casilleros bloqueados mediante un código PIN que sería enviado al cliente que debe recoger su paquete. De esta forma, el usuario recibe su pedido en el camión y puede acceder a él mediante su código, su tarjeta de crédito o un lector NFC, sin necesidad de mensajero.
El futuro del transporte de las empresas de mensajería ha llegado pero, si esto se lo hubieran contado a Hermes, el dios mensajero de la mitología griega, jamás se lo hubiera creído.
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