La cara más oculta y personal de George W. Bush sale a la calle gracias al corresponsal de la revista GQ, Robert Draer, que ha creado un libro sobre la vida del presidente de los Estados Unidos, tras entrevistarle en seis ocasiones.
Según publica el diario La Vanguardia , entre otras confesiones en el libro se descubre que el político más poderoso del planeta es muy llorón, devora los libros y quiere ganar dinero cuando deje la Casa Blanca.
En Dead certain: The presidency of George W. Bush (Totalmente seguro: la presidencia de George W. Bush) es el título del manuscrito en el que el propio Bush se describe como un tipo obstinado, optimista, atraído por las "grandes idéas" y convencido de que el juicio equilibrado de su presidencia deberá esperar a mucho después de su muerte.
Cuando se le pregunta por la guerra de Irak afirma: "Entiendo perfectamente que el enemigo me mira, que los iraquíes me miran, que las tropas me miran, que la gente me mira". Y luego añade: "Tengo el hombro de Dios para llorar. Y lloro mucho. Lloro mucho en este trabajo. Apuesto que, como presidente, he derramado más lágrimas que las que puede contar. Derramaré algunas mañana".
Alcoholismo, a la palestra
El máximo líder mundial, habla sobre su superado alcoholismo sin tapujos y explica que cuando dejó la botella hace 20 años, tomaba chocolate por las noches porque su cuerpo le pedía azúcar.
"No sería presidente si siguiera bebiendo -admite-. Te descuidas, no puedes tomar decisiones, se te nubla la mente", concluye
Uno de los fragmentos polémicos es el que Bush sostiene que no autorizó -y que le cogió por sorpresa- el
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