Acusados de seis robos en Santander niegan los hechos y dicen que no estaban en la ciudad cuando ocurrieron

Una de las acusadas asegura que las joyas y objetos que le encontraron en su casa, y que coincidían con los robados, eran "regalos de amigos"
Juicio robos Santander
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EUROPA PRESS
Juicio robos Santander

Los acusados de seis robos con fuerza en domicilios de Santander en 2013 y 2014, e imputados por la Policía en más de centenar y medio en todo el norte de España, han negado ser autores de los mismos y han aseguran que no estaban en la ciudad cuando se cometieron, algo que contradice la geolocalización de sus teléfonos móviles, que los sitúa en las proximidades de las zonas donde se produjeron.

También esta afirmación de los acusados es contraria, en uno de los casos, a la declaración de un testigo que los identificó en los aledaños de uno de los inmuebles que se vieron afectados por los robos.

La Audiencia Provincial de Cantabria ha acogido este miércoles el juicio por estos hechos, en el que figuran como acusados ML.B.U y FA.P.V., que eran pareja, a los que se les considera autores de un delito continuado de robo con fuerza.

También está acusada, BE.A.B., hija de ML.B.U, pero no por su implicación material en los robos, sino como autora de un presunto delito de receptación. A los tres, la Fiscalía les imputa además el delito de pertenencia a grupo criminal.

La declaración de los acusados

La Fiscalía pide 6 años para cada uno de los miembros de la pareja y 3 para la restante acusada, que ha reconocido que "en dos o tres" ocasiones fue, por encargo de su madre, ML.B.U. a vender algunas joyas a establecimientos de compra venta de oro de Lugo, lugar donde residían los tres acusados.

Ha asegurado que lo hizo sin saber por qué su madre quería vender las joyas y sin preguntar su procedencia. "Yo como voy a mi bola y trabajaba, no tenía tiempo de...", ha respondido cuando las partes en el juicio le han cuestionado si nunca pidió explicaciones a su madre.

Así, ha insistido en que ella se limitaba a entregar las joyas en el establecimiento de compraventa "tal y como" se las daba su madre.

A su vez, ML.B.U. ha explicado en el juicio que las joyas y otros objetos de valor que la Policía encontró en su domicilio, o que ella, su hija, su pareja o su cuñada —esta última evadida de la justicia española— vendieron en negocios de compraventa de Lugo, donde residían, o que fueron interceptadas en paquetes que tenían como destino Colombia, su país de origen, eran de "regalos de amigos".

"A mí si me hacen un regalo, lo recibo. No pregunto de dónde viene", ha afirmado la acusada, que, según ella misma ha relatado, se hizo pareja de hecho de FA.P.V. —el otro acusado— pese a que, a la vez, seguía la relación que mantenía desde hace 15 años con otro hombre, que era con el que vivía.

También ha reconocido haber trabajado "clandestinamente" y en ocasiones en la prostitución y ha señalado que algunas de las joyas que le encontraron eran el pago de alguno de sus "amigos" por su compañía.

Varias joyas y objetos de valor que se les incautaron coinciden con las identificadas por las víctimas de los robos de Santander, que han declarado también en el juicio.

Todos ellos han expuesto las circunstancias similares en que se encontraron las puertas de sus viviendas el día del robo: con el bombín de la cerradura forzado y, en la mayor parte de los casos, sin mirilla.

Según han explicado, entre los objetos que les fueron sustraídos, peritados en unos 90.000 euros, hay muchas joyas, con varios collares, anillos, pulseras, gemelos, relojes o pendientes.

Además, en el juicio, además lo similar del 'modus operandi' de los robos, la Fiscalía y algunos de los policías de la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal) han puesto de relevancia también la coincidencia en las horas y de las zonas, todas ellas residenciales, próximas entre sí y en las que suelen vivir personas de clase "media-alta.

Los seis robos de Santander fueron cometidos en torno a dos zonas, una en las cercanías de la Avenida de Los Castros y la Avenida de la Constitución (S-20), y otra en una zona residencial que se sitúa cerca del barrio de El Alisal.

El primero de los robos de Santander incluidos en la causa y de los que se les considera autores a FA.P.V. y ML.B.U., fue uno ocurrido el 26 de abril de 2013 en la calle Aurelio Espinosa; otro el 18 de noviembre de ese año en la calle Libertad y, a continuación, el 16 de diciembre en Luis Quintanilla Isasi, y ya en 2014 en Alfredo Pérez Guillén (9 de enero) y el 14 de enero en la Bajada de San Juan.

En el juicio, los propietarios de la viviendas robadas han explicado que cuando llegaron ya no había nadie dentro de las viviendas y, por tanto, no han reconocido a los acusados.

El policía fuera de servicio que sospechó de los acusados

Sin embargo, en la vista de este miércoles ha declarado un testigo que asegura haber visto a FA.P.V. y ML.B.U en las proximidades de la calle Alfredo Pérez Guillén, el mismo día en que se robó allí la vivienda.

El testigo, un policía que el 9 de enero de 2014 se encontraba fuera de servicio paseando con su hija por la zona próxima a la que vivía, sospechó de una pareja sudamericana a la que "no conocía de la zona".

Según ha explicado, le hizo levantar "sospechas" la actitud de la pareja, que proveniente de la calle Alfredo Pérez Guillén, miraba "mucho" hacia los lados.

Además, según ha relatado, a continuación, la mujer, que al testigo le llamó la atención porque era "bastante guapa" y por su "exuberancia", realizó una maniobra que le resultó "sospechosa" al guardar algo que extrajo de su bolso en una departamento lateral del maletero del coche en el que se marcharon.

Este testigo, conocedor de que en la zona se habían producido algunos robos, apuntó la matrícula y se fijó en detalles del vehículo y alertó de lo que había visto a la Policía. Poco después, vio en la zona a coches patrullas en las proximidades del inmueble de la calle Alfredo Pérez Guillén, que fue robado ese día.

A raíz de los datos ofrecidos por este hombre sobre el vehículo en que se había marchado la pareja, se puso en marcha una investigación para conocer quién era su propietaria, que resultó ser ML.B.U, a la cual identificó, por fotografía y "sin ningún género de duda" el testigo. También reconoció a FA.P.V.

Tras ello, agentes de la UDEF solicitaron autorización para intervenir los teléfonos móviles que tenían a su nombre los acusados y para acceder a los datos de geolocalización de sus móviles, que, según han asegurado los policías que han declarado como testigos, les situaban en las fechas de los robos de Santander en zonas próximas a donde se cometieron.

Y ello, pese a que FA.P.V. ha asegurado en el juicio que "nunca" había estado en Santander, y menos con ML.B.U., quien, a su vez, ha mantenido que solo había estado una vez en la capital cántabra, ocasión en la que, sin determinar la fecha porque "no lo recordaba", ha explicado que había acudido a comer con un "amigo" y posteriormente habían dado un paseo.

Los robos,

El "modo de vida" de los acusados,

Según los policías testigos

Varios de los policías que han declarado como testigos han aludido a las labores de investigación y seguimiento llevadas a cabo sobre los acusados, a raíz de su supuesta implicación en más de centenar y medio de robos con fuerza en distintos puntos de España, que han incluido meses de seguimientos, escuchas telefónicas y de seguir la pista de los objetos supuestamente robados en sus actos que posteriormente vendían o mandaban, en paquetes fuera de España, algunos de los cuales intervenidos por la Policía.

Uno de los policías ha asegurado, a la vista de las investigaciones, que los robos y la posterior venta de las mercancías sustraídas era el "modo de vida" de los acusados y ha afirmado que, al menos, en el caso de FA.P.V., lo llevaba siendo "muchos años".

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