García Revenga: "Me puse yo de tesorero de Nóos para que no se pusiese Doña Cristina"

  • GRÁFICO: Quién señala a quién en el juicio de Nóos.
  • El exsecretario de las infantas no dijo en la Casa que iba a entrar en Nóos —"Era privado"— y contradice a Urdangarin: "No me lo consultaba todo".
  • Admite que siempre supo que no iba a desarrollar la labor de tesorero de Nóos; recopilaba los datos fiscales de la infanta, pero los de nadie más.
  • Rechaza que ejerciera labores de "control"; dice que Alberto Aza y el Conde de Fontao le "puenteaban"; no conocía qué hacía la infanta en Aizoon.
  • El abogado de Diego Torres plantea la expulsión de Manos Limpias.
Carlos García Revenga, en el juicio Nóos.
Carlos García Revenga, en el juicio Nóos.
AUDIENCIA DE PALMA
Carlos García Revenga, en el juicio Nóos.

El exsecretario de las infantas y exmiembro de la Junta del Instituto Nóos Carlos García Revenga ha dicho en el juicio que fue Iñaki Urdangarin quién le comentó que se iba a crear el Instituto y le "pidió" que se sumara. No obstante, no se lo comunicó a la Casa del Rey, ha explicado, insistiendo ante el fiscal Horrach en que se trataba de un asunto "privado" y ante la acusación de Manos Limpias en que lo hizo por "amistad".

A pesar de esta relación estrecha, García Revenga ha negado que Urdangarin se lo consultara "todo", a pesar de que el exduque de Palma aseguró durante su declaración que él no daba "un paso" en la vida sin hablarlo con el exsecretario de las infantas. Su puesto, ha relatado, era como el de un "jefe de gabinete", pero ha confirmado que también ayudaba a las infantas en "temas personales": "Me consultaban, unas veces me hacían caso y otras no", ha aseverado.

El testigo ha confirmado que fue tesorero de Nóos, pero ha admitido que nunca desarrolló esta actividad y que siempre supo que no iba a desarrollarla. "Me puse yo de tesorero para que no se pusiese Doña Cristina", ha reconocido, explicando que de haber sido así habría sido necesario el permiso de la Casa; ha añadido que no habría aceptado de saber que tenía que llevar de forma efectiva las cuentas y que se asesoró con un amigo abogado.

Ha explicado, eso sí, que nunca participó en las juntas del Instituto —tampoco le consta que se celebraran— y que una firma atribuida a él que aparecía en un acta que le ha sido mostrada fue falsificada. Ha negado que ejerciera un "control" sobre las actividades allí de los exduques. "Institucionalmente", ha dicho Revenga, Urdangarin no tenía que reportar a la Casa sobre sus actividades mercantiles. "Me imagino que algún comentario haría" a alguien, ha añadido. Nunca escuchó dentro de la institución, según su testimonio, ninguna crítica a lo que hacía el exduque.

La información fiscal de la infanta

Ha confirmado, además, que él se ocupaba de recopilar la información para la elaboración posterior de las declaraciones de la renta de la infanta Cristina, que los metía en su sobre y se los mandaba al entonces asesor fiscal de la Casa Federico Rubio. Sin embargo, ha negado a las preguntas de la Abogacía del Estado haber hecho lo mismo con los datos fiscales de Iñaki Urdangarin —aunque ha hecho una salvedad sobre 1998, el año siguiente a la boda de los exduques—, Diego Torres, Aizoon, Nóos u otras empresas.

Los datos de la infanta se los proporcionaban, ha confirmado, las personas encargadas del tema en la Casa del Rey, la Caixa (donde ella trabaja), etc. En el caso de Aizoon, ha dicho que "supone" que Federico Rubio, exasesor fiscal de la Casa, "se los daba a Iñaki", con el que a partir de 1998 "se entendía". Ha deslizado, no obstante, que el padre de Urdangarin llevaba algunos temas económicos de su hijo.

García Revenga ha afirmado que no le consta que la información fiscal de Nóos se entregara a la Casa del Rey y que dejó Nóos porque se lo pidió Urdangarin, pero desconociendo los motivos reales. El testigo, de hecho, ha explicado que José Manuel Romero, conde de Fontao -que declara el jueves-, no le hablaba de su labor de asesoría jurídica "externa" de la Casa del Rey, del Instituto Nóos, de Aizoon ni de los viajes que hacía a Barcelona, aunque sí ha dicho que le consultó cosas ajenas, como la renovación en el equipo FC Barcelona.

Ha llegado a decir, asimismo, que Alberto Aza, exjefe de la Casa del Rey, no tenía confianza en él —"O yo no me supe ganar su confianza"— y era el que solía tratar de ciertos temas con Romero; y que, tal y como ya le explicó anteriormente al fiscal, ambos le "puenteaban". Aza, no obstante, declaró ante el tribunal que Romero no le decía con quién se reunía, que Revenga actuó en Nóos al margen de la Casa y que no le pareció relevante, cuando se enteró, que la infanta formara parte de la Junta del Instituto.

García Revenga ha resumido así sus más de dos décadas de trabajo en la Casa: "Yo nunca pregunto si no me dicen". También ha explicado que su relación con las infantas y sus maridos era "especial" y trascendía de su cargo.

"Ni idea" de por qué Urdangarin salió de Nóos

El testigo ha dicho que no tiene "ni idea" de si la relación de Urdangarin y Torres siguió tras la salida del exduque de Nóos. Conoció "por la prensa" la existencia de la fundación Areté y dijo que sí tuvo noticia de la Fundación Deporte y Cultura y de que Iñaki Urdangarin "colaboraba".

García Revenga ha asegurado, además, no saber cuáles eran las labores de la infanta en la sociedad Aizoon, aunque no le consta que gestionara ni administrara nada, "solo sé que estaban al 50%"; sí ha confirmado que Urdangarin le explicó que la sociedad tenía el domicilio "en su propia casa, por la otra puerta". Entiende que era una sociedad patrimonial, como lo fue Namasté, pero ha explicado que se enteró después de que Urdangarin facturaba a través de ella o que tenía empleados.

Ha negado conocer que determinados gastos se imputaron a la mercantil, como por ejemplo el cóctel de la comunión de dos hijos de la infanta. Y también ha desmentido a Julita Cuquerella, exsecretaria de Urdangarin, asegurando que nunca utilizó una tarjeta de empresa de Aizoon o realizó gasto alguno que fuera cargado a la sociedad. Nunca, ha respondido a la defensa de la infanta, recibió una instrucción o comentario de ella en relación a gastos personales que tuvieran que ver con la sociedad.

El testigo se ha referido a Ana María Tejeiro como "la que controlaba la oficina" y ha dicho que conocía a muchas de las personas que trabajaban en Nóos, como Luisa Massuet, Mario Sorribas, Maite Zazo o Juan Pablo Molinero, aunque ha admitido que no conocía del todo el papel de los demás hermanos Tejeiro, salvo el de Marco Antonio.

Sí ha reconocido que cometió "una torpeza" al pedir que pusieran en un folleto promocional de Nóos que su cargo era el de "asesor de la Casa de su majestad el rey, que era por lo que yo cobraba".

Preguntado sobre los foros sobre turismo y deporte celebrados en Palma en 2005 y 2006, por los que Nóos cobró unos 2,3 millones de euros del Govern balear, el testigo ha explicado que el marido de la infanta le explicó que fueron un "éxito". "Deduje que el éxito debía ser en todos los sentidos, en todos los aspectos", incluido el económico, ha manifestado; entonces desconocía que Nóos era una institución sin ánimo de lucro, aunque sí ha deslizado que cree que Nóos tenía "su parte lucrativa".

El exsecretario trabajó para Zarzuela desde septiembre de 1993 hasta enero de 2015, año en el que la Casa anunció su salida debido a que las infantas ya no formaban parte de la Familia Real desde la proclamación de Felipe VI; el exsecretario recurrió la decisión en los tribunales. Declaró como imputado en la fase de instrucción del caso 'Nóos', pero el juez José Castro levantó posteriormente esa imputación.

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