En Valladolid, Cervantes alternó la alegría de editar por fin el ‘Quijote’ con un nuevo arresto

Placa en el Museo Casa Cervantes en Valladolid.
Placa en el Museo Casa Cervantes en Valladolid.
EFE
Placa en el Museo Casa Cervantes en Valladolid.

En dos etapas de su vida, Miguel de Cervantes vivió en Valladolid. En la primera, cuando solo contaba con cuatro años de edad, habitó junto a su familia en la Acera de Sancti Petri, hoy paseo de Zorrilla. Pero no sería hasta 1604, con 57 años ya, cuando el autor volviera a instalarse en esta ciudad, que tanto había cambiado durante las cinco décadas que habían transcurrido desde entonces.

Mucho tuvo que ver para ello el traslado de la corte de Felipe II en 1601: Valladolid se convirtió así en centro de poder político y económico, algo que atrajo a referentes culturales de la época como Quevedo, Góngora, el pintor Rubens o el escultor Gregorio Fernández.

Pero, ¿qué quitaba el sueño de Cervantes en la cabeza en ese tiempo? Ni más ni menos que la impresión de su obra El ingenioso hidalgo Don Quijote de La Mancha, que para 1603 no era más que un manuscrito.

Con tal objetivo, el autor contacta con Francisco de Robles, librero del Rey establecido en la calle de la Librería de Valladolid, al que cede los derechos de la obra para conseguir los permisos de impresión del Consejo de Castilla. Finalmente llega la autorización y en 1605 la librería de Juan de la Cuesta en Madrid se encarga de su primera edición, aunque con tantas erratas que el mismo año se ven obligados a hacer una segunda impresión más cuidada.

La casa de Cervantes, hoy convertida en museo

Miguel de Cervantes permaneció en la capital del Pisuerga algo menos de dos años, en los que alternaría grandes alegrías, como la edición del Quijote, con sinsabores como su detención y posterior puesta en libertad por el crimen del caballero de la Orden de Santiago Gaspar Ezpeleta.

Fue precisamente un extracto del conocido como "proceso Ezpeleta" lo que llevó a indagar cuál fue la verdadera casa en la que vivió Cervantes en Valladolid, y sería el profesor José Santa María de Hita quien la fijó en 1862 en el Rastro Nuevo de los Carneros.

Allí se alza ahora el Museo Casa Cervantes, algo que es posible gracias en parte a que el rey Alfonso XIII y Mr. Archer Huntington, presidente de la Hispanic Society of America, adquirieron en 1912 su propiedad y la de tres edificios contiguos –todos ellos construidos por el arquitecto Juan de las Navas en 1601- para donarlos al Estado.

Tras una primera etapa como Biblioteca Municipal Cervantina, el 23 de abril de 1948 se inauguraba oficialmente como lo que es hoy: un museo monográfico dedicado al escritor. La casa está compuesta por seis estancias, y el objetivo es que los visitantes puedan conocer el estilo de vida, decoración y costumbres de la época en que el escritor vivió en la ciudad, así como su contexto histórico, socio-económico y político.

La colección del museo está integrada por objetos del propio museo y otros cedidos en depósito por otras instituciones como el Museo Nacional de Escultura de Valladolid y el Museo del Traje y C.I.P.E. Su mobiliario, que data del siglo XVII, se completa con pintura de los siglos XVII y XIX, cerámica de Talavera y un importante fondo bibliográfico. Asimismo, el museo programa a lo largo del año diversas actividades culturales para acercar la figura cervantina a la población.

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