Condenan a dos arquitectos y al aparejador por el derrumbe de la cúpula del Hospital de Sant Pau

  • Tendran que pagar unos 80.000 a las dos únicas víctimas que prefirieron ir a juicio y no aceptar una compensación económica.
  • La cúpula cayó en abril de 2004 y provocó 17 heridos.
Aspecto de como quedo parte del hospital tras el hundimiento de la cúpula.
Aspecto de como quedo parte del hospital tras el hundimiento de la cúpula.
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Aspecto de como quedo parte del hospital tras el hundimiento de la cúpula.

La juez ha condenado hoy a los dos arquitectos y al aparejador responsable de las obras de la cúpula que en 2004 se derrumbo en el Hospital de Sant Pau de Barcelona y a las aseguradoras a indemnizar por una falta de lesión por imprudencia leve a dos víctimas con 29.337 euros y 41.700 euros.

El 19 de abril de 2004 la cúpula de este hospital barcelonés se derrumbó en la sala de espera del pabellón de ginecología, provocando 17 heridos, de los que 15 llegaron a un acuerdo con las partes acusadas para recibir una compensación económica antes de que se celebrara el juicio.

Los arquitectos Santiago Prats y Beatriu Velasco también tendrán que pagar una multa de 1.800 euros cada uno y el aparejador Giancarlo Masi tendrá que abonar 750 euros por este mismo concepto.

El encargado, absuelto

La juez ha absuelto al encargado de la obra, Pedro González, al director de la empresa Sociedad Anónima de Proyectos, Ingeniería y Construcción (SAPIC), Ignasi Villanueva, y al gerente de la división patrimonial de la Fundación Privada Hospital de la Sant Creu i Sant Pau, Miguel Modrego, acusado del mismo delito que los tres condenados.

La Fiscalía y la acusación particular pedían en un principio seis meses de cárcel y cuatro años de inhabilitación para los seis acusados de dos delitos de lesiones por imprudencia grave a Ángela y María Ángeles Castro, madre e hija respectivamente.

El abogado de la acusación particular explicó que sus representadas, pese a recibir también una oferta de indemnización para abandonar la causa, decidió desetimarla para que se condenara penalmente a los acusados.

Pudo ser peor

El hundimiento de la cúpula el pabellón modernista, construido por Lluís Domenech i Muntaner entre 1901 y 1930 , podría haber acabado en una tragedia de mayor envergadura si las sillas donde estaban sentadas las víctimas no hubieran estado distribuidas alrededor del perímetro de la sala, en forma circular.

El desprendimiento en dos tiempos, que dio la oportunidad al personal sanitario a retirar a los heridos antes que la estructura del techo se derrumbara, también fue clave para minimizar los efectos del accidente.

Algunos de los pacientes que en el momento del hundimiento estaban en la sala se vieron arrastrados hasta el sótano, donde se encuentra una sala de reuniones que media hora antes del accidente estaba ocupado por algunos médicos y enfermeros del área de ginecología.

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