
Las dos madres que han testificado este miércoles en la causa abierta a los dos titiriteros por enaltecer el terrorismo en la obra que representaron en Carnaval han asegurado que hay más violencia en los dibujos de 'Bob Esponja' y que además el público fue advertido de la aparición de escenas violentas y "antipedagógicas".
Según han informado los abogados Jaime Montero y Daniel Amalang, una de las testigos —propuestas por las defensas— ha asegurado, además, que "la violencia que se ejerció en la obra es exactamente la misma que en una obra de títeres normal con su cachiporra, la única diferencia son los personajes que sufrían la misma. Parece ser que nos gusta más que haya indios que reciban flechas que no vaqueros", ha indicado en declaraciones a los medios Montero que ha añadido que, en este caso, los guiñoles no eran los habituales. "No había princesas ni príncipes ni rey ni ogro", ha agregado.
Hablablan en esperanto y latín
En cuanto al interés que prestaron a la obra, han comentado que los niños "estaban más aburridos que otra cosa" y que ni los adultos ni los pequeños se enteraron muy bien de qué iba la obra, fundamentalmente porque era en esperanto y en latín, según ha explicado en declaraciones a los periodistas el abogado de uno de los titiriteros, Jaime Montero.
Además, las dos madres han dicho que los dos titiriteros advirtieron al inicio de la representación de que iba a ver "escenas violentas y antipedagógicas", han destacado las defensas que han confiado en que el juez instructo archive la causa.
Estas dos testigos, que han declarado en la Audiencia Nacional a petición de uno de los titiriteros, Raúl García Pérez, han considerado además que la violencia que pudieron ver en "'La Bruja y San Cristóbal' era exactamente la misma que se ha ejercido en cualquier obra de títeres tradicional con su cachiporra y que lo único que cambiaba eran los personajes que la recibían (un juez y una monja).
Los miembros de la compañía 'Títeres desde abajo' ingresaron en prisión provisional el pasado 6 de febrero acusados de un delito de enaltecimiento del terrorismo y otro contra los derechos fundamentales y las libertades públicas, tras representar ante un público infantil la obra 'La bruja y Don Cristóbal', que incluía escenas violentas y la exhibición de un cártel con la leyenda 'Viva Alka-ETA'.
Tras permanecer cinco días en la cárcel fueron puestos en libertad y el juez encargado de instruir la causa, Ismael Moreno, ordenó la retirada de sus pasaportes y les impuso la obligación de comparecer diariamente en los Juzgados más cercanos a su domicilio. Esta medida cautelar fue rebajada después a comparecencias quincenales y mensuales.
El magistrado ya tomó declaración el pasado 16 de marzo a dos padres que asistieron a la representación y dos sanitarios que también estuvieron presentes. Aseguraron ante el juez que la obra les resultó muy violenta y les escandalizó aunque no entendieron su contexto, ya que se escenificó en esperanto y no en castellano. "Hablaban en un idioma raro", dijo uno de ellos. Una de las testigos, madre de un niño de dos años denunció la representación ante la Policía en una cafetería cercana, por lo que sólo vio siete minutos.
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