Un personaje enormemente conocido en Reino Unido y en todo el mundo y su pareja, que supuestamente le ha sido infiel en varias ocasiones. La noticia sale a la luz y todos los medios británicos lo publican... sin un solo nombre. Sin una sola pista sobre la identidad de los protagonistas de la historia.

El motivo es que el famoso implicado presentó una demanda ante los tribunales británicos para que se establecieran medidas cautelares que impidieran a los medios revelar datos y situaciones de su vida privada. Aunque fue rechazado en primera instancia, después un juzgado dio la orden: no podían darse datos que llevaran a la identificación de la pareja.

Eso somete a los medios de comunicación de Inglaterra y Gales a una decisión jucial que de incumplirse podría conllevar severas penas de cárcel. Sin embargo, la prohibición no tiene efectos más allá de las fronteras y la jurisdicción de la justicia inglesa.

Así, en lugares como Escocia atribuyen a Sir Elton John el papel de afrentado y a su marido, David Furnish, el de infiel, como hace el National Post, entre otros.

En cualquier caso ésto ha despertado en Reino Unido un enorme debate acerca de la libertad de información, en la que los medios defienden (incluso judicialmente) su derecho a informar sobre la vida de un personaje público relevante, que, además, ha vendido información sobre su vida privada en el pasado. Es absurdo, dicen, tratar de atajar una información que todo el mundo conoce.

En contra, el argumento de los defensores del cantante está en la protección de los hijos de la pareja, menores de edad.