Aunque el paro femenino sigue por encima del masculino en Aragón, las mujeres están encontrando nuevos yacimientos de empleo en los que la colocación es casi inmediata. Conductora de autobús, celadora o vigilante de seguridad son profesiones cada vez más habituales entre ellas.

De los 35.665 desempleados registrados el pasado mes en Aragón, 21.636 eran mujeres y el resto, 14.019, fueron hombres. Las mujeres no cualificadas son las que más difícil lo tienen a la hora de buscar un trabajo, pero los programas de empleo de los últimos años han insistido en introducirlas en profesiones tradicionalmente masculinas y los resultados ya se dejan ver.

Las mujeres fueron el 28,74% de los peones del transporte y descargadores contratados el año pasado, y el 30,62% de los vigilantes. También fueron el 36,29% de los soldados y el 48,85% de los limpiacristales.

En otros sectores, como el del transporte, van tomando terreno poco a poco, siendo alrededor del 10% de los conductores de taxis, automóviles y autobuses, y el 1,9% de los de camión.

Los autobuses urbanos de Zaragoza ya cuentan con 27 mujeres al volante y la tendencia va al alza, pues sólo en el último mes se han incorporado tres. La mayoría proceden de los cursos ofrecidos por la Casa de la Mujer (las inscripciones son la próxima semana), en los que la colocación es inmediata en el 90% de los casos, sobre todo de conductora, carretillera, vigilanta, celadora y geriatría.

Hace 40 años, solo el 24% de la población activa eran mujeres, ahora esa cifra se ha duplicado y se sitúa en un 46,2%. Además, el año que viene, con la Expo, se espera crear más empleos, sobre todo, para mujeres en el sector servicios. De momento, en la organización de la Expo trabajan 82 mujeres. Ninguna de ellas se dedica a la construcción, sino a tareas que precisan alta cualificación, como dirección, administración o topografía.

En primera persona

Soledad Manteca. 37 años. Hizo un curso de la Casa de la Mujer hace cinco años y desde entonces trabaja de conductora de autobús. «La que quiere se coloca enseguida. Mi hermana lo hizo al año siguiente y también es conductora», explica Soledad, que antes era empleada eventual de Correos. Ahora lleva la línea de La Muela de Automóviles Zaragoza. Los compañeros la recibieron sin problemas e incluso la han elegido representante sindical. «Siempre hay algún conductor reticente, pero los pasajeros están contentos y dicen que somos más amables que ellos», añade.