Rafael Álvarez 'El Brujo' transmite al público su pasión por los misterios del Quijote

El actor y dramaturgo Rafael Álvarez 'El Brujo' transmite al público su pasión por la novela de Miguel de Cervantes en la obra 'Los misterios del Quijote o el ingenioso caballero de la palabra', que representa este fin de semana en el Teatro Principal de Zaragoza. Ofrecerá tres funciones este viernes y sábado, a las 20.30 horas, y el domingo, 10 de abril, a las 18.30 horas.

El actor y dramaturgo Rafael Álvarez 'El Brujo' transmite al público su pasión por la novela de Miguel de Cervantes en la obra 'Los misterios del Quijote o el ingenioso caballero de la palabra', que representa este fin de semana en el Teatro Principal de Zaragoza. Ofrecerá tres funciones este viernes y sábado, a las 20.30 horas, y el domingo, 10 de abril, a las 18.30 horas.

En este espectáculo, 'El Brujo' asume el papel del narrador, del "investigador que se vuelve loco y pierde la cabeza analizando los misterios del Quijote", según ha explicado el actor en la rueda de prensa de presentación de la obra, acto en el que ha estado acompañado por el director general del área de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza y gerente en funciones del Teatro Principal, Saúl Esclarín.

"Yo improviso en el escenario" y si surge una noticia de actualidad durante el día "hablo de ella y la relaciono con el Quijote", ha señalado, al afirmar que las referencias a la actualidad en esta obra "son constantes" porque si los clásicos no se vinculan con la actualidad "son un muermo para el museo".

De esta forma, 'El Brujo' llega por segunda vez a la capital aragonesa con una representación vinculada con el texto de Cervantes, tras poner en escena en 2005 un espectáculo centrado en la primera parte de la novela.

En esta ocasión, "voy un paso más allá, no tanto de que aquella fuera la primera parte y ésta la segunda, sino que profundizo y sintetizo" el Quijote y a la hora de llevarlo al escenario "le he quitado mucha literatura".

Al respecto, ha observado que "a veces la literatura y el teatro son difícilmente compatibles, porque tienen otro ritmo, otro tempo" y el espectador tiene "otra disponibilidad hacia la palabra", ha manifestado, al apreciar que en el teatro el ritmo es "más trepidante".

Una impresión "más rica"

Ha comparado su trabajo sobre las tablas como cuando una persona visita la Catedral de Notre Dame en París con alguien que "le explica sus rincones" y que permite que se lleve "una impresión distinta y más rica".

"Algo así he intentado hacer con el Quijote", una novela en la que hay "un montón" de referencias a la cultura popular, a las leyendas orales, de las que Cervantes "sacó mucho" y que centran el interés de Álvarez.

Ha detallado que realizó una lectura en profundidad de la obra, investigando sus misterios, una tarea que le llevó cuatro años y, a continuación, "la leí de nuevo con esas claves y esa es la síntesis de este espectáculo" que se adentra en la relación de Cervantes con la tradición oral y se ha considerado como "un contador de historias que va por los pueblos, soy un comediante, un juglar" como los de la época del Ingenioso Hidalgo.

Además, juega con los personajes, con Don Quijote y Sancho Panza, pero "les doy una vuelta más de tuerca" porque no se esfuerza "mucho" en que el cambio se note, sino que da algunas claves al público para que sigan el transcurso de la obra porque "lo que me interesa es que la gente conecte con la energía del tema, con la fascinación que yo siento" por el Quijote, una novela que es "un catálogo de sabiduría secreta".

El dramaturgo ha manifestado que "ahora tengo edad de no tener que demostrar nada, sino de trabajar libremente y recuperar la inocencia del principio", dado que la confianza del público la ha ganado con el paso del tiempo y gracias a su trabajo, por eso "no juego a las máscaras, sino a interesar a la gente de forma directa" para que compartan su pasión y "lo que yo siento por esta obra".

Un momento de cambio

Sobre las referencias a la actualidad que incluye en sus funciones, ha cuestionado si Cervantes pudo inventarse todo el Quijote, al estimar que "es interesante la reflexión" y preguntar al público si creen que la información que les llega es real o no, al estimar que la información que se transmite tiene "un velo de fantasía, de ficción".

Así, alude al independentismo, al soberanismo, al cambio que está viviendo la sociedad porque "es un momento acojonante el que estamos viviendo", como lo fue el siglo XVI tras la invención de la imprenta y el descubrimiento de América. Ha aconsejado "no tener miedo al cambio" porque la misma vida "es cambio" y es positivo.

Por último, ha rememorado sus inicios en el mundo del teatro al recordar que fue a Madrid a estudiar derecho por empeño de su padre, "que quería que fuera gobernador civil de Jaén", aunque "no me apetecía" cursar esta carrera y "estaba negado para el lenguaje del derecho".

Allí "comencé a conocer a comunistas, hippies que hacían teatro y tocaban canción protesta y mi padre se llevó un disgusto porque el gobernador civil se convirtió en un antisistema" y comenzó a apasionarse por el mundo del teatro, ha relatado.

Por su parte, el director general de Cultura del consistorio zaragozano, Saúl Esclarín, ha elogiado la trayectoria de Rafael Álvarez y ha resaltado que esta obra es "muy especial" porque coincide con el cuarto centenario del fallecimiento de Miguel de Cervantes y también de la publicación de la segunda parte del Quijote.

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