Citados el 13 de abril dos testigos que presenciaron la obra de los titiriteros de Madrid

  • Han sido citados a petición de uno de los titiriteros, Raúl García Pérez.
  • Los titiriteros pasaron cinco días en prisión por su polémica obra para niños en el Carnaval de Madrid.
  • En la representación había escenas violentas y un mensaje en el que se leía "Gora Alka-ETA".
Los dos titiriteros acusados de enaltecimiento del terrorismo salen de la cárcel de Soto del Real.
Los dos titiriteros acusados de enaltecimiento del terrorismo salen de la cárcel de Soto del Real.
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Los dos titiriteros acusados de enaltecimiento del terrorismo salen de la cárcel de Soto del Real.

El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha citado para el 13 de abril a dos testigos presenciales de la obra de guiñol 'La bruja y Don Cristóbal', que motivó la detención de los dos titiriteros que la representaron dentro del programa de las fiestas de Carnaval del Ayuntamiento de Madrid.

Según han informado este miércoles fuentes jurídicas, estos dos nuevos testigos presenciales han sido citados a petición de uno de los titiriteros, Raúl García Pérez.

Los titiriteros, que estuvieron 5 días en prisión por estos hechos, han pedido el archivo de esta causa alegando que el haber exhibido en la obra una pancarta con el juego de palabras "Gora Alka-ETA" no puede calificarse como un delito de enaltecimiento del terrorismo, ni tampoco las escenas violentas pueden interpretarse como constitutivas de un delito de odio teniendo en cuenta que hay más violencia en series para niños como 'Pokemon'.

El pasado 16 de marzo ya comparecieron ante el juez otros cuatro testigos: un padre y una madre que acudieron con sus hijos a ver la obra y dos trabajadores del Samur. La testigo que acudió a verla con su hija de 2 años explicó al juez que siete minutos después de que comenzara la representación acudió a la Policía a denunciar lo que estaba viendo, fundamentalmente, los actos de violencia explícita que aparecían como la violación de una monja o el ahorcamiento de un juez.

Otro testigo precisó que la obra no tenía diálogos y que no entendió el argumento, mientras que uno de los trabajadores del Samur que testificó fue el que grabó las imágenes del guiñol que luego se aportaron a la Policía, según señaló a los periodistas el día de la declaración el abogado de los titiriteros Jaime Montero.

Según el letrado, con la declaración de estos testigos el juez pudo constatar que se trataba de "una obra que no era para niños, que el argumento no era fácil y que encima no era en castellano, con lo cual es difícil entenderla", ya que los diálogos, a excepción de la introducción, eran en esperanto y en latín.

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