Ayer, tras tomarle declaración, ordenó su envío a prisión, a pesar de que la imputada se reafirmó en su versión inicial de que la niña se atragantó mientras tomaba una papilla y que las lesiones que presentaba se pudieron derivar de sus intentos por reanimarla.
El juez entiende que existen los indicios suficientes para considerarla responsable criminalmente de un delito de homicidio, aunque sea discutible si la muerte fue intencionada o por una imprudencia, ya que las lesiones que presentaba el bebé «no responden a un mero zarandeo» y «dado que recibió a la niña en perfecto estado y al llegar la asistencia médica estaba ya inconsciente».
La cuidadora fue detenida el pasado lunes en la localidad zamorana de Guarrate.
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