Barcelona sólo cobra el 35% de multas de tráfico y el 13% de incivismo

  • En 2006 se dejó de recaudar 12 millones por la ordenanza y 77 por las infracciones al volante.
  • No se ejecutaron 67 millones en inversiones.
  • El ayuntamiento gastó 11,8 millones de euros en publicidad.
Bien para los infractores de Barcelona porque
no todos pagan, pero no tanto para las arcas municipales. Y es que el Ajuntament dejó de cobrar un total de
89,2 millones de euros en concepto de multas de tráfico y de la nueva ordenanza de civismo.

En 2006, las infracciones al volante sumaron 119,8 millones de euros. En cambio, sólo se percibieron 42,5; esto es, un 35,5% del total.

Para dar una muestra de la magnitud del importe absoluto de este tipo de multas, esos casi 120 millones equivalen a haber multado a todos los barceloneses con 75 euros.

Primer año

Además, en el primer año con la ordenanza de civismo en vigor , de los 13,7 millones que se deberían haber recaudado, Barcelona ingresó tan sólo 1,8, un 13,1%.

Para la portavoz adjunta de CiU en el Ajuntament, Sònia Recasens, estas cifras demuestran que es «"fácil redactar una ordenanza, pero no sirve si no se aplica ni se cobran las multas".

La ineficiencia es menor en las de tráfico "porque se lleva más años multando y los mecanismos están más sistematizados", argumenta la edil.

Ejecución de obras

Es fácil redactar una ordenanza pero no sirve si no se aplica ni se cobran las multas
La oposición también criticó que el Ajuntament se haya dejado sin ejecutar
67 millones de euros en inversiones, sobre los 603 millones previstos inicialmente.

Desde el Ajuntament, un portavoz municipal declinó "entrar en una guerra de cifras" y defendió el carácter plurianual de las inversiones.

Debate sobre el estado de la ciudad

El PP pidió ayer la celebración de un debate sobre el estado de la ciudad, el equivalente al de política general en el Congreso de los Diputados.

Así se abordarían respuestas en políticas sociales o infraestructuras. Xavier Trias (CiU) no quiere forzar esta fórmula pero sí que exigió que los acuerdos municipales se acaten.

Jordi Portabella (ERC) cree que el caos en infraestructuras se explica por el déficit de inversiones tras los Juegos de 1992.

Por su parte, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, cree que el caos de Renfe o el apagón de julio no han generado pesimismo entre la ciudadanía, sino "indignación" y una actitud de "exigencia".

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