Sólo han pasado ocho meses desde que la conocida como Ley Antibotellón comenzó a aplicarse en la ciudad (fue el 12 de enero cuando comenzaron las sanciones), a pesar de que ésta entró en vigor un par de meses antes (el 27 de noviembre de 2006).

Desde ese preciso momento la imagen de Jerez los fines de semanas cambió de forma radical. Antes de la entrada en vigor de la normativa andaluza, la plaza del Arenal y la avenida Lola Flores acogían a centenares de jóvenes que se reunían para hablar y beber en la vía pública practicando el botellón. Un fenómeno que ha marcado a toda una generación y que hoy en día es prácticamente inexistente.

En la actualidad estos lugares que albergaban al botellón están desiertos las noches de los viernes y sábado y sus vecinos al fin descansan tranquilos tras años de batalla. No obstante, son muchos los jóvenes que deciden desafiar a la ley y obtan por seguir practicando el botellón en zonas no habilitadas para ello, ignorando el botellódromo ubicado entre el parque González Hontoria y la avenida de los Chiribitos.

Los aledaños de Chapín -en concreto en la avenida de Nápoles-, en la plaza Salvador Allende, San Andrés, La Rosaleda o Santo Domingo son los espacios escogidos por estos chavales que intentan mostrar resistencia.

El resultado de este acto de rebeldía ha sido que, en menos de ocho meses de aplicación de la ley, haya 214 denuncias a chavales por esta práctica en zonas no habilitadas. "Para el volumen de jóvenes que solían hacer botellón y teniendo en cuenta la dificultad que tenía la aplicación de esta normativa, debo decir que hay que felicitar a los jóvenes porque realmente han entendido el sentido que la ley tenía. En un 99% están sabiendo entender, comprender y respetar una ley que lo que pretende es compatibilizar interese opuestos: el derecho a divertirse de unos y el derecho al descanso de otro", como recalcó el delegado de Movilidad y Seguridad, Juan Manuel García Bermúdez.

Y es que hay que destacar que las más de 200 denuncias de la Policía Local que se han llevado a cabo en todo este tiempo se han ejecutado en tan sólo 60 intervenciones, un dato significativo y que demuestra que la Ley Antibotellón es palpable en Jerez.

Asimismo, es importante señalar que desde que se decidiera que el botellódromo se instalaría en la avenida de los Chiribitos, desde el Área de Participación Ciudadana se ha insistido en que se dotará a este espacio de las medidas necesarias para que los jóvenes se encuentren bien en él. Una iniciativa que la nueva delegada Miriam Alconchel parece estar dispuesta a seguir ya que como explicó el delegado de Movilidad y Seguridad, Juan Manuel García Bermúdez, a este medio, "me consta que hay planes para mejorar el botellódromo. Estoy convencido de que el Gobierno va a seguir cuidando y mejorando esta zona".

Pero no es siempre oro lo que reluce, los vecinos que tienen sus casas ubicados junto al botellódromo están padeciendo "un auténtico calvario" cada fin de semana, una realidad que "ya hemos denunciado en más de una ocasión pero que los políticos de esta ciudad se han empeñado en ignorar", recalca uno de los vecinos afectados.

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