Primera monografía integral de Ai Weiwei, gran polo magnético del arte político del siglo XXI

  • Editan el primer libro que reúne toda la obra del multicreador chino, quizá el artista vivo con mayor pegada en la opinión pública y la crítica.
  • 'La gente común tiene la misma capacidad de entender el arte que cualquier otra persona', opina Ai, para quien la verdadera creación no está en los museos.
  • En verano el activista construirá en Viena un árbol dedicado al desgarro de los refugiados: los trozos serán traídos de China y ensamblados pero sin raíces.
El artista-activista Ai Weiwei se hace un 'selfie'
El artista-activista Ai Weiwei se hace un 'selfie'
© Belvedere
El artista-activista Ai Weiwei se hace un 'selfie'

"Mi idea del arte siempre ha sido la misma: es un asunto de libertad de expresión, una nueva forma de comunicación. El arte nunca tiene que ver con exponer en museos o colgar obras en la pared; el arte debe vivir en el corazón de las personas y la gente común tiene la misma capacidad de entenderlo que cualquier otra persona. No creo que en el arte de élite o rodeado de misterio. No creo en separar el arte de la política. Incluso la intención de separar el arte de la política es en sí misma una intención muy política".

Para Ai Weiwei, que el próximo verano cumple 59 años, la práctica del arte no se puede separar de la vida, la poesía y la toma de postura activa frente a lo que sucede en torno al creador. "Como toda persona, nací para dar mi opinión. Dando mi opinión sé quien soy y me comunico con otras personas", ha repetido hasta la saciedad el artista conceptual chino que, además se ha convertido en el artista vivo con mayor impacto entre público y crítica y en el gran "polo magnético" del siglo XXI en el uso de cualquier disciplina creativa para la transmisión de ideas radicales, políticas, arquitectónicas, históricas, poéticas, creativas y transformadoras.

Envuelto en un pañuelo de seda

El primer volumen monográfico y con aspiración de recorrido integral por la obra del disidente chino está a punto de aparecer en el mercado editorial. Se titula con el simple nombre del autor, Ai Weiwei, tiene 600 páginas y lo publica en edición trilíngüe (inglés, francés, alemán) la editorial Taschen. Hay dos versiones: la, digamos, barata, viene marcada con un precio de 69,99 dólares y la de lujo, montada sobre una escultura-atril de mármol del distrito chino de Fangshan y envuelta en un pañuelo de seda habotai anudado a mano, es una edición limitada y firmada por el artista de un libro-objeto para los muy pudientes: 1.500 dólares.

Con subportadas realizadas ex profeso con recortes de papel por Ai para cada capítulo, entrevistas exclusivas para el libro y ensayos de, entre otros especialistas y críticos, Uli Sigg, uno de los amigos más cercanos del creador y antiguo embajador de China en Suiza, y Roger M. Buergel, que coordinó varias exposiciones del protagonista del volumen, la monografía explora cada una de las fases de la carrera de Ai hasta su liberación de la custodia china — las autoridades del país asiático, nada contentas con sus revoltosas actividades de disidencia artística y crítica político-social, le habían retirado el pasaporte, que no recuperó hasta 2015, después de cuatro años sin poder viajar al extranjero—.

'Mas allá del mundo del arte'

"Reconocido por su activismo político y actividad en las redes sociales casi tanto como por sus intervenciones, el enfoque contemporáneo del readymade y el profundo conocimiento de la artesanía tradicional china, la fama de Ai se extiende más allá del mundo del arte", dicen desde la casa editorial. El "extenso material audiovisual", en gran parte inédito, ha sido seleccionado personalmente por el autor.

El cronograma de la obra empieza en los primeros días del multicreador en Nueva York, donde residió entre de 1981 a 1993. Se estudian con detalle momentos clave como la gran ruptura de 2000, cuando promovió la exposición Fuck Off en la bienal de Shanghái y sembró la Tate londinense con cien millones de semillas de girasol de porcelana en una acción cargada de sentido metafórico sobre las paradojas de la nueva posición económica de China en el mundo. También se repasa el activismo del creador tras el devastador terremoto de Sichuan en 2008, cuando inició la publicación de listado de víctimas para contrastarlo con las cifras inexactas que daban las autoridades.

Expulsión, migración, acogida

Al tiempo que se edita el libro se anuncia una gran exposición de Ai en Viena para el próximo verano. Ai Weiwei: translocation – transformation, que será exhibida en el 21er Haus, el museo público de arte moderno de la capital centroeuropea, del 14 de julio al 20 de noviembre. La muestra girará en torno a los temas que han concentrado la atención del creador en los últimos meses: la expulsión, la migración y la acogida —ha tomado partido a favor de los refugiados en la crisis humanitaria y las respuestas coercitivas de Europa—.

En los jardines de la pinacoteca, exhibirá un enorme árbol compuesto por piezas cortadas en el sur de China y reordenadas especialmente para la muestra vienesa, pero con las raíces eliminadas. El mensaje de la obra alude al origen de la familia y los ancestros del artista, al desgarro de la separación del origen, la privación de la propia identidad y la situación de los refugiados obligados a escapar de sus hogares y no siempre bien recibidos en los destinos de los países civilizados.

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