El arzobispo levanta la suspensión de culto a Albuñol, pero no le devuelve al cura Gabriel

  • La Curia granadina se lo ha comunicado a los vecinos hoy durante una reunión.
  • El nuevo párroco se incorporará el domingo.

El arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, ha anunciado hoy a una representación de vecinos de Albuñol que levanta la suspensión temporal de culto que decretó contra el pueblo por protestar por el traslado de su párroco, el joven Gabriel Castillo. Sin embargo, no será éste quien se encargue de los oficios religiosos de nuevo.

Después de que el Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Chamizo, mediara en el conflicto y pidiera al arzobispo el pasado 20 de agosto que recibiera a los vecinos, el encuentro no se ha producido hasta hoy. La entrevista, que ha durado unas dos horas, ha sido calificado por los feligreses como "un logro" después de más de dos meses y medio de reivindicaciones.

Martínez ha insistido en que el traslado de un sacerdote es "una cosa normal dentro de la Iglesia" y que Gabriel Castillo -que actualmente está a la espera de que se le permita oficiar en alguna parroquia- "no volverá a Albuñol".

Los delegación albuñolense salió de la reunión con "un sabor agridulce" ya que, aunque uno de sus objetivos era que el arzobispo les explicase personalmente los motivos de la marcha de su párroco, su principal reivindicación, el regreso de Gabriel, quedó descartado.

El arzobispo también ha comunicado a los vecinos que levanta la suspensión de culto y que el domingo se incorporará un nuevo sacerdote a la parroquia, donde la última misa se celebró el 11 de agosto.

La decisión de dejar sin sacramentos a los albuñolenses obligó a dos parejas a casarse en el anejo de La Rábita, aunque ayer acudió un vicario a oficiar una misa funeral tras el fallecimiento de una anciana el domingo.

No se sabe quién irá

En cuanto al nuevo cura de Albuñol, cuyo nombre no ha trascendido de momento, el prelado dijo que desea que "continúe una misión preciosa y que siga al servicio de los feligreses" de la localidad.

Añadió que "las familias pueden atravesar momentos de dificultad y tensión y se resuelven en el interior de la familia" y, aunque dijo sentir una "alegría grande" por el hecho de que Gabriel sea un sacerdote "querido" por su comunidad, apuntó que "tendrá otro destino en la Diócesis", que no especificó.

Los vecinos han tenido que asumir la decisión del arzobispo porque "es lo mejor para el pueblo", donde la suspensión de culto había originado tensiones entre quienes no apoyaban las protestas, aunque insisten: "Si Gabriel nos necesita, seguiremos aquí".

Ambas partes anunciaron la publicación de sendos comunicados mañana para poner así fin al pulso mantenido entre unos feligreses y la cúpula eclesiástica granadina.

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