Desenterrando el pleistoceno: no habían restos humanos, pero sí huesos y dientes oso

  • En Becerreá si se encontraron vestigios de un enterramiento humano.
  • Se pone de manifiesto que la cueva sirvió de cubil a animales carnívoros durante la época prehistórica.
La arqueología le da voz al pasado.
La arqueología le da voz al pasado.
ARCHIVO
La arqueología le da voz al pasado.

El grupo de arqueólogos que trabajo en Seoane y Folgoso do Courel recogió hoy sus herramientas tras tres semanas de trabajo de campo en la Cova do Sato, sin que hubiesen encontrado indicios de ocupación humana prehistórica.

Los investigadores valoraron la aparición de otros restos animales como huesos y dientes de oso y sedimentos pertenecientes al Paleolítico , que servirán para conocer la flora y fauna que habitaba entonces en O Courel para poder llevar a cabo una reconstrucción medioambiental de la época del Pleistoceno en la Galicia oriental.

Vestigios del paleolítico

Los trabajos realizados consistieron en una cata en el exterior de la entrada de la cueva y tres en el interior. En un primer nivel, se hallaron restos de cerámica y de un hogar y en prospecciones más profundas aparecieron vestigios del Paleolítico: huesos fracturados y con marcas de mordeduras.

Además de un cráneo y un diente pertenecientes a un oso, el resto de elementos desenterrados deberán ser analizados en laboratorio para su posterior clasificación.

Estos descubrimientos ponen de manifiesto que la cueva sirvió de cubil a animales carnívoros durante la época prehistórica. Los arqueólogos también prospectaron otras quince cuevas que presentaban características apropiadas para la ocupación humana y determinaron un par de cavernas que todavía no habían sido catalogadas, entre ellas la Cova do Solar en Lousada.

Trabajo para el laboratorio 

Las excavaciones en estos lugares se harán el próximo año y ahora la catalogación continuará en el laboratorio, según comentaban esta tarde sus responsables. Esta primera campaña arqueológica en O Courel es fruto de la colaboración entre la Universidad de Santiago de Compostela y la Universitat Rovira i Virgili de Tarragona , y constituye la segunda fase de un proyecto arqueológico que dio comienzo el pasado año con fructíferas excavaciones realizadas en la comarca de Lemos.

El equipo de seis arqueólogos, procedentes de estas universidades, ya llevó a cabo prospecciones durante el mes de julio en la cueva de Valverde, en Becerreá. Aunque en la caverna de Noceda sólo aparecieron restos de fauna, en Becerreá si se encontraron vestigios de un enterramiento humano prehistórico.

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