El aterrizaje en la oficina

Síndrome posvacacional.La vuelta al trabajo tras el periodo de relax es, para muchos trabajadores, un cambio demasiado brusco que puede afectar física y psicológicamente.

Quien más y quien menos ha disfrutado ya de su periodo de vacaciones. Tras el relax y el sosiego, a la mayoría de los trabajadores les toca volver estos días al trabajo, aunque no todos lo llevan igual de bien. Volver a la rutina laboral no tiene por qué ser un trauma, pero lo cierto es que muchos trabajadores viven este retorno aquejados de algún trastorno.

El denominado síndrome posvacacional se produce por el fuerte contraste entre la relajación de las vacaciones y el estrés y las prisas del mundo laboral. Tómatelo con calma. Es el único modo de aterrizar suavemente en lugar de estrellarte en tu oficina.

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¿Por qué se produce?

Durante las vacaciones adoptamos nuevos horarios. Se come más tarde, se duerme más y apenas se realizan esfuerzos físicos. Al recu-

perar la rutina laboral, el cuerpo se ve obligado a reajustar horarios y ritmos de trabajo, y es cuando se advierten los síntomas.

¿A quién?

El síndrome posvacacional se deja notar en mayor medida en aquellos trabajadores que tienen un ritmo de trabajo elevado y mucho estrés. Para ellos, el cambio es más brusco y por eso los síntomas se producen de manera más acusada.

¿Cómo se manifiesta?

Los síntomas más frecuentes son: desinterés por el trabajo, irritabilidad, nerviosismo, inquietud... Pueden aparecer signos de cansancio, falta de apetito, problemas de concentración, dolores musculares, molestias en el estómago e insomnio.

¿Cuánto dura?

Depende de la persona y la situación laboral, pero la persistencia de los síntomas suele durar una media de dos semanas. Es el tiempo estimado que tardan el cuerpo y la mente en adaptarse de nuevo a la rutina.

¿Es peligroso?

Los síntomas deben remitir por si solos, pero en la Asociación Española de Medicina de Familia y Comunitaria aconsejan acudir a un centro de salud si los trastornos se prolongan más allá de esas dos semanas. Cada año, en el mes de septiembre estos centros atienden a numerosos pacientes con estos mismos síntomas.

¿Se puede evitar?

Los síntomas pueden paliarse realizando las cosas con tranquilidad. Adelantar la vuelta de las vacaciones uno o dos días para habituarnos a un horario más estricto puede ayudar. Hay que evitar pensar que el trabajo es lo contrario de las vacaciones. Tomarse con calma el regreso –que no con pasividad laboral– es el mejor método para hacer la transición más llevadera.

También los niños

La vuelta al cole también puede afectar de forma similar a los chavales. Conviene habituarles ya a levantarse pronto y a comer a la hora habitual del curso para noten menos cambios al comenzar las clases.

EN PERSONA

Carlos Fernández. Informático, 29 años.

"Lo peor de la vuelta al trabajo son las prisas y los agobios. En septiembre en mi empresa se han incorporado muchas personas nuevas y hay mucho trabajo por hacer, así que el cambio ha sido muy brusco. No creo que tenga el síndrome posvacacional, pero sí es cierto que echo de menos las vacaciones. Siempre me pasa, pero poco a poco te habitúas de nuevo".

Raquel Medina. Administrativa, 34 años.

"Tuve la suerte de empezar a trabajar el viernes y el cambio no ha sido tan brusco como esperaba. Otros años lo he pasado peor porque si empiezas en lunes tienes toda la semana por delante. He tenido muchas vacaciones y me daba miedo, así que elegí trabajar un día y disfrutar del fin de semana. De esta manera se ha hecho más llevadera la vuelta al trabajo. El año pasado tuve dos semanas horribles cuando regresé de mis vacaciones".

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