Estados Unidos (EE UU) sumará en las próximas horas, si un indulto no lo impide, dos nuevos nombres a la macabra lista de presos condenados a muerte ejecutados en el país, uno de los 60 Estados del mundo donde la pena capital aún es legal y se aplica con asiduidad. Muchos de ellos regímenes donde se atenta contra las libertades fundamentales.

Las autoridades del estado de Texas, en el sur de EEUU, tiene previsto ejecutar mañana miércoles a John Battaglia por matar hace 15 años a sus dos hijas, de 6 y 9 años, para vengarse de su exesposa, según estableció la sentencia.

La ejecución está programada para las 18.00 hora local (23.00 GMT) en la prisión de Huntsville, cercana a Houston. Como en muchas otras ocasiones, previsiblemente partidarios y detractores de la pena capital se concentrarán a las puertas de la penitenciaría. Unos para orar por su alma. Otros, para celebrar el cumplimiento de la condena.

El reo asesinó a uss dos hijas pequeñas mientras la mayor, la niña de 9 años, hablaba por teléfono con su madre, que pudo escuchar los disparos al otro lado del cable telefónico.

Si se consuma la ejecución, se convertirá en la sexta persona ejecutado este año en Texas y el décimo en todo el país.

Georgia, por su parte, tiene previsto ejecutar el próximo jueves a Joshua Bishop por asesinar a una mujer en 1994 y será la tercera ejecución del año en este estado sureño.

El crimen se cometió cuando el preso intentó robar el coche a una mujer, que se negó a entregarle las llaves. En su condena a muerte, pesaron las evidencias sobre su participación en otro asesinato, el de un hombre que fue golpeado hasta la muerte.

Su muerte, si no es indultado, elevará a 11 el número de presos ajusticiados con la pena capital en los EE UU en lo que va de año.