Siete son los pazos que le dan el nombre a esta aldea que tuvo un gran esplendor durante la Edad Media debido a que en Pazos de Arenteiro estuvieron asentados los Caballeros de Malta , una orden militar y religiosa.

El apellido se lo da el río Arenteiro, del que se dice arrastraba arenas de plata y que se une en la misma aldea con el Río Avia.

Uno de los edificios más llamativos e importantes del lugar es sin duda el Palacio de la Encomienda, recientemente restaurado y destinado al turismo rural. Posee varios símbolos como la cruz y la estrella de malta al igual que en otra casa de origen judía, en la que también se puede encontrar el del Priorato de Sión .

Las distintas casas de linaje antiguo que allí se suceden pertenecieron en su momento a grandes familias emparentadas con otras también importantes del resto de Galicia, como es el caso del Pazo de los Cervela.

Un poco de historia

En el caso de la Casa de Arriba, hoy dividida por motivos de herencia, cabe destacar que en su origen tenía cuatro chimeneas pero se tuvo que derribar una para no rivalizar con el Palacio Real de Madrid, lo que da una idea de la importancia que tuvo.

La iglesia románica, que data de finales del siglo XII,

Una anécdota es la existencia de inscripciones en las piedras del suelo del templo, que son tumbas por las que era necesario pagar medio cañado de vino tinto si se deseaba realizar allí un entierro.

El pueblo cuenta con tres puentes. Uno de ellos es del siglo XV, y tiene la imagen del Santo Sepulcro. Otro, el llamado de la Cruz, sufrió los estragos de la Guerra de la Independencia, durante los combates que se libraron para evitar que los franceses pasaran de Ribadavia hasta Santiago de Compostela por una de las famosas rutas del vino.

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