Lesbos pasa de espacio de acogida a lugar de expulsión después del acuerdo UE-Turquía

  • Según la secretaria general de CEAR, Estrella Galán, la entrada en vigor del acuerdo entre la UE y Turquía ha supuesto un cambio radical. 
  • "Lesbos era una isla volcada a la solidaridad", lamenta.
  • Según la voluntaria, las personas con perfil de refugiado son trasladadas a Grecia, mientras que las consideradas como irregulares son expulsadas a Turquía.
  • Así es el acuerdo alcanzado por la Unión Europea y el Gobierno turco.
Migrantes y refugiados llegan en una embarcación a la isla griega de Lesbos.
Migrantes y refugiados llegan en una embarcación a la isla griega de Lesbos.
GTRES
Migrantes y refugiados llegan en una embarcación a la isla griega de Lesbos.

La isla griega de Lesbos ha pasado de estar "volcada en la acogida" de refugiados y migrantes a convertirse en un lugar de registro, de traslado a Grecia continental y de expulsión, tras la entrada en vigor del acuerdo alcanzado entre la Unión Europea y Turquía.

En una entrevista telefónica con Efe, la secretaria general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), Estrella Galán, ha compartido sus impresiones sobre el "cambio radical" que se ha producido en la zona al poner en marcha ese acuerdo en la medianoche del sábado al domingo.

"Están vaciando la isla de Lesbos", subraya la portavoz de CEAR, quien denuncia la "discriminación" de las personas que llegan a Grecia por su nacionalidad para determinar si merecen protección internacional o no, y la "falta de garantías legales" de los procedimientos de expulsión.

Desde el jueves al sábado, Lesbos era "una isla volcada a la solidaridad", que gestionó "con tranquilidad" el tránsito de 500.000 personas en el año 2015 y que puso en marcha campamentos de acogida, con la ayuda de voluntarios de todo el mundo, de pequeñas y grandes organizaciones, en colaboración con las autoridades griegas.

Durante esos días, la representante de CEAR colaboró con bomberos españoles de la asociación Proem-Aid que hacían guardia por las noches en las playas de Lesbos para desarrollar labores de rescate y salvamento de las balsas de refugiados y migrantes que llegaban a la isla.

En tierra, otro equipo de bomberos y voluntarios preparaba de forma urgente un campamento con mantas térmicas, enseres y víveres para los recién llegados, que también tenían a su disposición un servicio de asistencia médica de primeros auxilios.

En esos momentos, recuerda Galán, un autocar del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) se desplazaba a la zona de playa donde se producía la llegada y trasladaba "amablemente" a los refugiados y migrantes al campo de acogida de Moria, donde podían hacer su primer registro para continuar su viaje al norte de Europa.

Cambio tras la entrada en vigor del acuerdo UE - Turquía

A partir de la medianoche del sábado, desde la entrada en vigor del acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, "saltan todas las alarmas entre los voluntarios cuando, sin previo aviso a las organizaciones, se desaloja el campo de Moria y se traslada a los refugiados al puerto con destino a Grecia continental".

Hasta ese momento el puerto había sido "un espacio abierto", donde los voluntarios podían despedir a los refugiados que partían en ferry hacia Atenas, pero, desde entonces, el puerto quedó "cerrado", de forma que los voluntarios solo pudieron llegar hasta las verjas y los refugiados fueron introducidos directamente dentro y embarcados en un transatlántico.

La secretaria general de CEAR indica que, aunque no hay información oficial, las personas con un perfil de refugiados -procedentes de Siria, Eritrea o Somalia- fueron trasladadas a campos de desplazados en Grecia, mientras que las personas que no tenían un perfil de refugiados como los pakistaníes fueron consideradas migrantes irregulares y expulsadas a Turquía.

Precisa que, en la noche del lunes al martes, llegaron a Lesbos diez barcas que fueron interceptadas por guardacostas griegos y que trasladaron a las personas rescatadas a la costa, donde las recogieron unos autobuses policiales para llevarlas al campo de Moria para su registro.

Moria dejó de ser "un lugar de acogida", donde las personas en tránsito tenían libertad ambulatoria, para convertirse en un centro de detención, del que los refugiados y migrantes solo pueden salir custodiados por la Policía, resalta.

Galán expresa su "profundo rechazo" ante el acuerdo entre Bruselas y Ankara porque, a su juicio, vulnera el derecho fundamental de las personas a contar con asistencia legal para solicitar protección internacional, en caso de necesidad.

Desde su punto de vista, el acuerdo vulnera la Convención de Ginebra sobre el Estatuto de los Refugiados en lo relativo al principio de no devolución y a la prohibición de expulsiones colectivas.

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