En realidad, el Ministerio reclama el coste de estos servicios a los países con los que hay convenio y lo reparte entre las autonomías, pero, sugiere Rambla, no se cubren los gastos. ¿Y cómo se puede atajar este fenómeno?
Hay inspectores que están al quite. Si detectan a algún facultativo o centro sospechoso, les pegan un toque. Pero no es fácil discernir a los turistas sanitarios de los que no lo son, y menos probarlo.
También es complejo para los médicos. Incluso en el supuesto de que tengan sospechas fundadas de que un paciente se intenta aprovechar, ¿qué van a hacer?, ¿negarle la asistencia? Todo lo más le intentan convencer de que espere a regresar a su país, viene a decir Rambla.
¿Y si el paciente pícaro se sale con la suya? Dice el conseller que no comete una ilegalidad sino un fraude de ley y éste es difícil de demostrar.
Con todo, Vicente Rambla sospecha que los caraduras son sólo un pequeño grupo del grueso de turistas (más de nueve millones en 2004). Para atenderlos, a ellos y a los más de cuatro millones y medio de valencianos, la Conselleria va a reforzar las urgencias, los ambulatorios y las ambulancias entre el 1 de junio y el 30 de septiembre.
Auguran largas colas y esperas
Los sindicatos juzgan insuficientes los refuerzos. La Comunidad tiene 12.000 enfermeras y se han previsto menos de 4.000 sustituciones. Para el Satse son pocas, aunque una podrá remplazar a varias a destiempo. Además, advierten que los vehículos sanitarios de refuerzo no llevan personal. Los médicos del CESM creen que faltarán colegas, pero que sería difícil encontrarlos porque prefieren otras autonomías donde cobran más.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios