ETA tenía un coche bomba listo y 350 kilos de explosivos

Caen cuatro etarras en Cahors (Francia), autores de la voladura de la T-4 en Barajas. Uno es Iruretagoyena, máximo experto en la fabricación de las bombas.
La Policía francesa en el registro, el sábado, de la vivienda de Cahors donde estaban los cuatro etarras. (EFE)
La Policía francesa en el registro, el sábado, de la vivienda de Cahors donde estaban los cuatro etarras. (EFE)
La Policía francesa en el registro, el sábado, de la vivienda de Cahors donde estaban los cuatro etarras. (EFE)

El registro efectuado el sábado y ayer por las fuerzas policiales francesas en un chalé de Cahors (Francia) destapó que se trataba de un auténtico laboratorio de bombas de ETA.

En su interior había 350 kilos de explosivos, material para su mezcla, conexión de temporizadores y recipientes para llenarlos con hasta 200 kilos de explosivo, además de cuatro pistolas, tres fusiles y un lanzagranadas artesanal.

Y en el garaje del chalé, un coche bomba prácticamente listo para cometer un atentado con, posiblemente, 200 kilos de explosivo.

La operación policial conjunta entre España y Francia acabó la mañana del sábado con la detención de cuatro etarras, dos con un peso muy importante en la organización: Luis Ignacio Iruretagoyena, Suni, de 50 años, el máximo experto en explosivos de la banda, y Oihan Barandalla, de 31 años, lugarteniente de Garikoitz Azpiazu, Txeroki, el jefe de comandos de ETA.

También cayó Ander Múgika, de 25 años, quien el 21 de junio abandonó un coche con diverso material en Ayamonte (Huelva) y casi un mes más tarde, el 19 de julio, escapó en Torreblanca, Castellón, al detectar un control. Él es uno de los rostros que aparecen en los carteles repartidos por la Policía por todo el país como los etarras más buscados. Y finalmente, Alaitz Aramendi, de 29 años, huida hace años y cuyo nombre está en documentos incautados en 2002.

Interior cree que los detenidos están tras el atentado de la T-4 en Barajas, el 30 de diciembre de 2006 y que causó dos muertos, y el secuestro en Francia de una familia de Orio para atentar en Castellón con la furgoneta que les robaron, entre otras acciones.

Un detenido cada tres días

Pasado mañana se cumplen tres meses desde que ETA diera oficialmente por finalizada la tregua, aunque de facto la hiciera volar por los aires con el atentado de Barajas. En este tiempo, las fuerzas policiales han esposado ya a 26 etarras, 19 de ellos más allá de los Pirineos, lo que casi supone un arresto cada tres días. La única acción que Interior no atribuye al grupo apresado el sábado en Cahors es el atentado del 24 de agosto con furgoneta bomba en Durango, que produjo grandes daños materiales y ha sido el primero de los terroristas tras romper la tregua.

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