"Buenas prácticas agrícolas" para evitar accidentes como los ocurridos en la A-6 en octubre de 2015 en Medina del Campo

Es el 'veredicto' de la Comisión de Tráfico de Valladolid sobre las causas de lo ocurrido y que concluyó con una joven fallecida
Luis Antonio Gómez Iglesias (centro), tras la Comisión Provincial de Tráfico.
Luis Antonio Gómez Iglesias (centro), tras la Comisión Provincial de Tráfico.
EUROPA PRESS
Luis Antonio Gómez Iglesias (centro), tras la Comisión Provincial de Tráfico.

La sequedad del suelo, un laboreo agrícola que no favoreció la sujeción de las arcillas del terreno y vientos fuertes del suroeste desencadenaron la nube de polvo que privó de visibilidad a los conductores de la A-62 los días 4 y 5 de octubre de 2015, a la altura de Medina del Campo (Valladolid), y que se saldó con numerosos accidentes de tráfico, con una treintena de turismos implicados el primer día y con la muerte en el segundo de una joven.

Es el 'veredicto' al que ha llegado la Comisión de Tráfico de Valladolid y que resume así los cinco informes que a raíz de lo ocurrido han sido elaborados durante los últimos meses por el Instituto Tecnológico Agrario (Itacyl), la Demarcación de Carreteras del Estado, la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), la Dirección General de Tráfico (DGT) y el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona).

Así lo ha desvelado hoy el subdelegado del Gobierno, Luis Antonio Gómez Iglesias, quien entiende que sólo tales circunstancias, fruto de un "terreno abonado" para el fenómeno de la erosión eólica, explican que el viento del suroeste reinante esos dos días, sin ser extraordinariamente fuertes (30 ó 40 km/h), movilizara una nube de limo tan densa que, "de forma sobrevenida y localizada", dejó cegados a los usuarios de la A-62 entre los kilómetros 151 y 152.

Gómez Iglesias, en declaraciones recogidas por Europa Press, ha incidido en que el efecto se vio intensificado a causa de que días antes se había realizado una siembra de cereal en unas tierras próximas a la vía y que en otra, a diferencia de otras ocasiones, el arado había sido efectuado en sentido transversal a la carretera, en lugar de hacerlo paralelo a ella.

"esto puede ocurrir en otras zonas"

Pero el estudio va más allá y alerta de que una situación igual de peligrosa, debido a las características del terreno, podría darse en otras zonas de las provincias de Valladolid y Ávila como Adanero-Arévalo, Arévalo-Ataquines, Medina del Campo y Tordesillas, de ahí el propósito de este equipo investigador multidisciplinar de alertar de ello a las diputaciones respectivas para poder adoptar las correspondientes medidas de prevención.

En este sentido, el subdelegado ha resumido que la mejor medida preventiva para evitar situaciones como la ocurrida en octubre de 2015 se reduce a la puesta en marcha de "buenas prácticas agrícolas o agronómicas" para sujetar los suelos con cubierta vegetal, mejorar la cohesión del terreno en la zona, realizar el laboreo de las fincas arando e sentido paralelo a la vía y, a mayores, reducir la velocidad del viento mediante la colocación de barreras vegetales.

"Hemos mantenido contactos con los agricultores de la zona para indicarles cómo deberían trabajar la tierra, si bien entiendo que el cauce más indicado es que sean técnicos de las unidades territoriales de la Consejería de Agricultura en ambas provincias los encargados de tal cometido mediante las oportunas reuniones con los interesados", ha advertido el subdelegado.

En cualquier caso, se plantea elaborar un código de buenas prácticas para reducir la erosión eólica y hacerlo llegar por correo postal a los cultivadores de las parcelas de características similares susceptibles de volver a desencadenar accidentes como los sufridos los días 4 y 5 de octubre del pasado año y que se saldaron con doce personas heridas y la muerte de una conductora.

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