La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía ha reaccionado después de que haya trascendido la presencia de amianto en centros educativos y la peligrosidad del mismo para el alumnado al señalar que la mera existencia de fibrocemento en colegios no debe ser motivo de alarma para la comunidad educativa, pues sólo si el material se manipula, perforándolo o cortándolo, o en menor medida si se rompe, puede haber riesgo de desprendimiento de partículas de amianto.

Desde el departamento que encabeza Adelaida de la Calle se ha precisado a Europa Press que la normativa actual de España que prohíbe la fabricación, comercialización y uso de los productos que en su composición contengan amianto no establece la obligatoriedad de la retirada de los productos ya instalados ni da un plazo para dicha eliminación, "salvo el que se refiere al final de la vida útil de dichos materiales".

Cualquier preocupación o inquietud a este respecto es, según la Junta, atendida por los técnicos de la Agencia Pública Andaluza de Educación (APAE) para su valoración y adopción de las medidas oportunas en caso de ser necesarias.

En este sentido, desde la Agencia se visitan los centros educativos en los que pueda existir esta preocupación y se trata de atender las necesidades de retirada de estos elementos "siempre que se constate que puedan ser peligrosos para la comunidad escolar y evitando una alarma innecesaria".

El último caso se ha conocido en Málaga, donde la asociación de padres del colegio de Educación Infantil y Primaria (CEIP) 'José Calderón' de la barriada de Campanillas ha exigido al Gobierno andaluz una fecha para la retirada del tejado de amianto del centro escolar.

El colectivo ha criticado el deterioro del tejado del centro, "en el que se encuentran roturas y fisuras de hasta 20 centímetros de diámetro, y que está formado por amianto, con el consiguiente riesgo para alumnado y profesorado del centro y su entorno".

La secretaria de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) 'Piedra de la Torre', María de los Ángeles Guzmán, ha explicado a Europa Press que el tejado está "deteriorado" y ha citado, en este sentido, una orden del 7 de diciembre de 2001 que dice que "se tendrá que mantener hasta el fin de su vida útil", que, ha dicho, "es cuando ya no cumple su función". Para Guzmán, ese ciclo se ha cumplido, recordando que la vida útil, según la normativa, es de 30 a 50 años y el centro tiene 43, "por lo que se encuentra deteriorado".