La esperada llamada se ha producido finalmente este miércoles por la mañana. Después de un intercambio de mensajes este martes a instancias del secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, el líder socialista, Pedro Sánchez, lo ha llamado y ambos dirigentes han tenido una conversación teléfonica de 15 minutos en la que se han emplezado a verse, los dos solos, antes de semana santa.

Según los comunicados remitidos por ambas formaciones, "han conversado acerca de la crisis humanitaria que vive Europa y de la política de migración y asilo de la UE. Ambos comparten muchos pareceres a propósito de las líneas de acción a seguir al respecto".

En lo que se refiere a la formación de Gobierno en España, "a pesar de las diferencias de criterio", subrayan que comparten también que es positivo que se normalice el diálogo entre ambos.

El encuentro entre Iglesias y Sánchez, que solo se han reunido una vez tras las elecciones, el pasado 5 de febrero, supone una novedad importante, ya que tras la investidura fallida de Sánchez, el PSOE ratificó su acuerdo con C's y se comprometió a negociar conjuntamente con su presidente, Albert Rivera. Podemos, que insiste en formar un Gobierno "a la valenciana" al que se puedan sumar fuerzas de izquierda como IU y Compromís, rechaza sentarse a negociar con C's, cuyo programa considera "incompatible" con el suyo.

La llamada entre Sánchez e Iglesias se ha producido porco después de que los equipos negociadores de PSOE y Ciudadanos se hayan reunido en el Congreso con Compromís, la única de las formaciones de izquierda que, desde un principio, se mostró dispuesta a sentarse con C's, y con la que Podemos concurrió como socio en Comunidad Valenciana en las pasadas elecciones.

El portavoz del partido valenciano en el Congreso, Joan Baldoví, ha recibido con alegría la noticia del próximo encuentro entre Sánchez e Iglesias. "Miel sobre hojuelas", ha dicho al enterarse. Minutos antes, insistía en la necesidad de que PSOE y Podemos se sentaran a negociar. "Es primordial, si no nos sentamos no hay manera de avanzar".

"Nuestra única responsabilidad es que haya Gobierno y no se repitan elecciones", ha dicho Baldoví, quien ha reconocido que tras sentarse con Ciudadanos "se pueden explorar caminos". "Nuestra única única línea roja es el PP", ha añadido, al tiempo que subrayado que su opción es un "Gobierno a la valenciana" entre la "segunda y la tercera fuerza" (PSOE y Podemos), con "la ayuda de otras fuerzas como nosotros".

"El PSOE valora muy positivamente" el encuentro de su equipo negociador conjunto con C's y Compromís. "Las tres formaciones políticas han expresado su voluntad de seguir hablando y han coincidido en que no se deben repetir las elecciones. En este sentido, han decidido explorar todas las posibilidades para avanzar en un acuerdo para un Gobierno de cambio. Para ello, han acordado seguir trabajando en las próximas semanas", dice el PSOE en un comunicado.

Por otro lado, IU ha anunciado que este jueves se reunirá por la tarde con el equipo negociador del PSOE, sin la presencia de Ciudadanos. "No le veíamos sentido político a la presencia de Ciudadanos", ha explicado al respecto el portavoz de IU-UP, Alberto Garzón, a pesar de que era la intención de los socialistas. El objetivo es seguir explorando todas las posibilidades para alcanzar un Gobierno de izquierdas que eviten nuevas elecciones.

"La única forma de evitarlas es con un acuerdo entre el PSOE y Podemos", ha admitido Garzón. "También hemos pedido a Podemos que se reúnan con nosotros antes de semana santa", ha anunciado. "Hay que ser responsables de cara a la ciudadanía". A su jucio, dialogando "dentro de la coherencia", se pueden adoptar "políticas concretas" al servicio de la gente que eviten comicios, que supondrían "10 meses de un Gobierno en funciones que, además, se niega a ser fiscalizado en el Parlamento".

Paralelamente, el PP ha rechazado también este miércoles la reunión con el PSOE que le ofreció la noche antes Ciudadanos. El líder popular, Mariano Rajoy, solo quiere negociar con los líderes de ambos partidos por separado y sin el pacto de 200 medidas acordadas por Sánchez y Rivera.