El resultado se concretó en 2002 con el nacimiento de The Rudy’s Irish Tavern, básicamente un irlandés cuyo derrame maderero con cafetera de calidad y postín ha visto cómo el público de absolutamente todas las edades permitidas en un local de este tipo premiaba el invento con un notable flujo de clientela.

 

Y eso que el local, situado en el mismo dintel de Benalúa desde la cosmopolita avenida de Óscar Esplá, se encuentra más bien alejado de las rutas habituales en este tipo de ofertas de ocio. Quizá lo que ha premiado tantos esfuerzos haya sido el intento de lograr un sitio, cuando Alicante se encuentra ahora tan ayuna de ellos, donde la gente pueda simplemente hablar, en la barra o en los característicos habitáculos en los que sentarse a platicar o lanzarse carantoñas verbales.

 

Eso sí, por las noches el público rejuvenece en general, se apagan luces y la pantalla al fondo del local cobra mayor protagonismo. La música cambia, pero, ahí el milagro, quien quiera puede seguir hablando. De esta forma, el lugar sigue cumpliendo la máxima de la comodidad, que no es poco.

 

* The Rudy’s Irish Tavern. Calle Carlet, 3 (semiesquina a Óscar Esplá). Abierto toda la semana, desde las 15.00 hasta las 3.00 horas (a partir de las fiestas de Fogueres, cerrará los domingos). Precio medio por copa: 1,50 euros la cerveza.

 

 

Isidro se ha cuidado de que no le falte ni un detalle a su parroquia. La cerveza, por ejemplo, emite sus fluidos desde una habitación donde siempre se mantiene entre los 5 y los 7o C. Heineken constató el año pasado el resultado de tales desvelos: por la cantidad de clientela cervecera.