El año 2016 va camino de marcar nuevas cotas de temperatura históricas que agravan el calentamiento global. Los datos de la NASA a nivel global muestran que las temperaturas de febrero superaron los registros mensuales anteriores de forma abrupta, sin precedentes.

El dato de febrero fue, según el diario 'The Guardian', "una verdadera sorpresa, y sin embargo, otro recordatorio de la subida incesante de la temperatura global resultante de los gases de efecto invernadero producidos por el hombre".

Así, la temperatura superficial global de la tierra y mar en febrero fue 1.35 grados celsius más altas e que la temperatura media en ese mes, en el período de referencia de 1951-1980. El récord mundial roto ahora se había establecido en enero, que superó 1.15 grados celsious la media en el período de referencia.

"Estamos en una especie de emergencia climática", asegura Stefan Rahmstorf, del Instituto Potsdam de Investigación del Impacto Climático de Alemania. "Esto es realmente impresionante. No hay precedentes".

En declaraciones a 20minutos, el climatólogo y experto en Riesgos Naturales Jonathan Gómez Cantarero explica que quizás sea algo exagerado hablar de “emergencia climática”. Además, apunta que el hecho de que no haya precedentes de datos como los registrados en enero y febrero debe ponerse en el contexto de que las mediciones empezaron en la década de 1850 y por lo tanto todavía “se sabe muy poco”.

A su modo de ver, aunque estos datos son indicativos y se encuadran en un “escenario de cambio climático”, lo prudente es esperar a tener en la mano los datos finales de 2016 antes de sacar conclusiones para huir de “catastrofismos innecesarios”, .

Estas anomalías, según opina Gómez Cantarero, no implican necesariamente una relación con el cambio climático y, entre sus posibles causas, puede encontrarse la incidencia del fenómeno El Niño, del que la propia NASA afirmó que estaba causando “un caos climático global”.

Lo que sí es constatable, asegura, es que el aumento de temperatura al que se ve sometida la Tierra año tras año está provocado en un 98% por las manos humanas, sobre todo por la emisión de gases de efecto invernadero.

“En el hemisferio sur es verano y allí han tenido temperaturas normales, ha sido en el hemisferio norte donde se han registrado estas anomalías que han aumentado la temperatura media”, relata.

Gómez señala que este aumento de temperaturas puede hacer que en verano algunas comunidades tengan que reducir su consumo de agua en los meses estivales debido a que, actualmente, los embalses se encuentran diez puntos por debajo del año pasado y que hay poca nieve acumulada.

Sin embargo, de nuevo llama a tener cautela e incide en que eso dependerá de lo lluviosa que venga la primavera.