El Centro de la Cultura del Rioja acoge desde hoy, y hasta el 21 de agosto, la exposición 'Nebulosas', del guipuzcoano Miguel Ángel Oribe, que explora las posibilidades del vino como materia prima artística.

'Nebulosas' llega a Logroño tras exponerse en el Basque Culinary Center de San Sebastián y en la sala de arte de la Bodega Pago de los Capellanes en Burgos.

Se trata de acuarelas, grabados, serigrafías y esculturas hechas con vino de 24 variedades de uva y dieciséis denominaciones de origen (aunque con mayor abundancia de caldos de Rioja). Vinos del año, crianzas y reservas porque, además, estos últimos tienen menos carga de color que los cosecheros.

Otra curiosidad: "Hay poca variedad cromática entre un Rioja y un Ribera" a la hora de pintar con ellos, tal y como ha relatado Oribe en declaraciones a Europa Press. Y es que la exposición es, también, un "experimento" fruto de una "improvisación".

El final de una botella de vino que sobra, un "a ver qué pasa" al usar vino para pintar un cuadro y, de ahí, "a ver qué pasa" si se traspasa el terreno de la escultura. El resultado: pinturas, esculturas pintadas con vino y cajas hechas arte.

La exposición, ha explicado el autor, explora "las tres partes del vino: las viñas sin tocar, el almacenamiento del vino, y el momento en el que se abre y degusta, con el Baile de Dionisio como parte final del disfrute del vino".

El título de la exposición lo da la primera obra que se ve al entrar en el espacio reservado del Centro de Cultura del Rioja. Unos cuadros que representan un "universo" de colores y que, también, generaron, en su creación, un universo de olores con los matices que desprendían los vinos usados.