El Gran Teatre del Liceu sólo tirará adelante la reforma de su fachada si cuenta con el consenso de las dos administraciones implicadas: la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona.

En un comunicado, el teatro ha informado que este martes el artista que ha diseñado la propuesta, Frederic Amat, ha presentado y defendido el proyecto ante el recién constituido Consell Assessor d'Art Públic de Barcelona, para que lo valoren con detalle.

La nueva propuesta --que ha seguido las recomendaciones del consistorio ante la primera que hizo Amat-- ha reducido el impacto visual respecto a la inicial, al disminuir la densidad y el diámetro de los círculos adheridos a la fachada.

El director general del Liceu, Roger Guasch, ha pedido que el proyecto artístico de Amat sea valorado en toda su dimensión, también la social, puesto que asegura que contribuirá a mejorar el entorno del barrio y unir La Rambla de les Flors con la del Raval.

La reforma, financiada por el mecenas Josep Suñol, contempla instalar 169 círculos de cerámica esmaltada --que podrían retirarse sin afectar al conjunto arquitectónico-- y, para reducir su impacto, el diámetro de estos círculos ha pasado de 115 centímetros a 98.

También se ha cambiado la distribución de los círculos, ya que se eliminan algunos de la fachada de la calle Sant Pau y se colocan a la parte nuevo del edificio de La Rambla, la zona de oficinas.

En la fachada histórica de La Rambla, que representa el escenario, se mantiene el número propuesto, pero los elementos quedarán más hundidos. De materializarse, este proyecto sería la cuarta intervención sobre el conjunto neoclásico del siglo XIX, una aportación del siglo XXI sobre la piel del Liceu.