Los inspectores vieron entonces a Lister sacar del vehículo un azadón y cavar un hoyo profundo en el que luego depositó varios envíos postales destinados a la Reina y que supuestamente pretendía volver más tarde a recoger.
"Con seguridad esperaba que entre los envíos apareciese algo de valor y que la Reina posiblemente no se percatase de su sustracción", declararon al periódico británico fuentes de la policía.
El cartero ha sido suspendido del servicio y está en libertad bajo fianza mientras se investiga más a fondo lo sucedido.
Una fuente del Royal Mail calificó de "hecho desgraciado" el que a alguien se le hubiese ocurrido la idea de robar a la Reina y dijo que todos los empleados locales de correos están indignados.
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