CaixaForum Barcelona reúne en una exposición temporal una selección de 20 obras de los fondos de arte contemporáneo de la Colección La Caixa y del fondo de arte del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), respectivamente, bajo el común denominador de la iconoclastia (la negación a la representación de imágenes sagradas y de maestros, normas y modelos).También colabora el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC).

La muestra Gestos iconoclastas, imágenes heterodoxas está supervisada por el joven comisario andaluz afincado en Barcelona Carlos Martín (1979) que invita al visitante a adentrarse en la exposición y pensar con cada obra acerca de la destrucción, el reaprovechamiento y la manipulación de las imágenes en el arte.

Hasta el 5 de junio, CaixaForum habla sobre el "martirio" de las imágenes mediante las obras de 16 artistas contemporáneos de renombre: desde Equipo Crónica a Lucio Fontana, Pere Portabella, Pedro G. Romero, Raymond Hains, Miroslaw Balka o Valeska Soares.

Estos creadores ponen de relieve con sus trabajos a personajes históricos y artísticos de renombre: desde Jesucristo a Freud, Pablo Picasso, Arthur Rimbaud, Marcel Duchamp o Federico García Lorca. De este último, el cineasta Pere Portabella (Figueres, 1929) aporta una película rodada durante el desalojo de los enseres del poeta andaluz de su casa granadina, en la que busca una reflexión del espectador sobre la "ausencia y el vacío", en palabras del comisario, Carlos Martín.

Las referencias religiosas son numerosas en esta exhibición. El MNAC ha cedido una escultura de madera un santo Mártir del segle XVII carente de rostro fruto de una posible agresión. Esta talla preside el acceso a la muestra.

La alemana Katharina Fritsch (1956) hace perder la condición individual a la imagen de la Virgen de Lourdes y la hace prácticamente desaparecer a ojos del espectador construyendo un tótem a partir de figuras de la madre de Dios. El objetivo buscado por la creadora es la "distorsión del mensaje icónico".

La genovesa Vanessa Beecroft (1969) aporta una fotografía realizada en Sudán del Sur en la que modelos negros adoptan poses propias de la imaginería tradicional cristiana y de la pintura italiana del Renacimiento.

El malagueño Rogelio López Cuenca (1959) introduce la lengua árabe en el imaginario colectivo europeo mezclando símbolos árabes, como la mano de Fátima, y cristianos (el asociado a los siete dolores de la madre de Dios) y palabras en árabe que el lector europeo no saber leer pero que esconden las palabras Dior, Clinique y Cacharel.