La defensa de G.B dice que no se puede probar ni la presencia de su defendido

La defensa de G.B ha resaltado hoy que no hay un solo hecho probado que sitúe a su defendido en el lugar de los hechos. En cuanto a los testimonios de los confidentes, los ha despreciado por estar acompañados del consumo de drogas, por lo que ha comparado la sucedido con "un gran hermano que creó una novela macabra".

La defensa de G.B ha resaltado hoy que no hay un solo hecho probado que sitúe a su defendido en el lugar de los hechos. En cuanto a los testimonios de los confidentes, los ha despreciado por estar acompañados del consumo de drogas, por lo que ha comparado la sucedido con "un gran hermano que creó una novela macabra".

En su intervención, la defensa de G.B, al que se le considera autor, junto a 'El Velas', del crimen de 'El Sevi', ocurrido el 30 de octubre de 2012 en el Barrio de la Estrella, ha comenzado apelando a la presunción de inocencia.

A su juicio, es evidente que no se ha demostrado, ni siquiera, que G.B estuviera en el lugar de los hechos. "Fíjense en cuánto pelo tiene", ha dicho en referencia a su profusa cabellera para apuntar a que, de haber estado, hubiera dejado pruebas con algún cabello.

"Ni siquiera la testigo que vio a dos personas fumando", ha dicho alegando a que uno pudo ser la propia víctima y el otro 'El Velas' que, a su juicio, cometió solo el testimonio.

Su defendido, por su parte, padece "psicosis por consumo de heroína" y

creo un relato de los hechos tras ser "amenazado" por 'El Velas' que le acusó de haber vendido "un anillo manchado".

A esto se unió "como una bola" el relato que fueron contándose, unos a otros, los "testigos de la plaza de Gurbindo" que crearon un "gran hermano" bajo el que se gestó una "novela macabra" en la que "cada uno aportaba un detalle".

Ha recordado el testimonio de la perito que estimó que la misma persona que golpeó a 'El Sevi' le mató, y por eso dejó un rastro de sangre hasta la cocina.

Tuvo que ser él, ha dicho en referencia a 'El Velas', porque tenía "una amistad importante" con la víctima y ésta se encontraba confiada y relajada en el momento en el que le mataron.

Además, "relató de una forma libre y espontánea los hechos, dijo la hora, que le asestaron los golpes desde atrás y, mientras relataba, hacía gestos", ha dicho al tiempo que ha señalado que "necesariamente estuvo allí, si no no recordaría todos los detalles un año y medio después".

Ha apuntado a diferentes, a su juicio, "errores". Para empezar, ha dicho, "en la declaración del forense se evidencia el error de los testigos" a los que se supone que G.B contó el suceso, ya que dijeron que "la sangre manchó las paredes" al cortarle el cuello, e, incluso, el testigo escenificó "como salía la sangre".

Sin embargo, el forense explicó que "salió lentamente" porque los golpes en la cabeza habían bajado el riesgo. Así, es "evidente que los relatos de los testigos fueron fruto de la heroína y la marihuana" y, por tanto, son "incapaces de servir de prueba".

Otro "error obvio" se lo ha atribuido a un policía que, al dar a conocer el relato espontáneo del otro acusado, llegó a decir que éste dijo, primero, que había hablado de un autor y, luego, de dos.

Pero al pedirle que lo buscara en el archivo "se vio que el único relato" de A.V fue "el de un solo autor".

Por tanto, ha pedido la libre absolución y, en el caso de que no se atienda, que se tenga en cuenta su adicción como atenuante.

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