La posible futura primera dama: Melania, la modelo que fascinó al millonario Donald Trump

Melania, la mujer de Donald Trump, en un acto con su marido
Melania, la mujer de Donald Trump, en un acto con su marido
GTRES
Melania, la mujer de Donald Trump, en un acto con su marido

"Tenemos un sexo increíble al menos una vez al día". Así se expresaba la que podría ser primera dama de la Casa Blanca, la exmodelo Melania Knavs (45), si Donald Trump (69), a pesar de todos los pesares -que son muchos-, llegara a ser Presidente de los Estados Unidos.

Directa y probablemente con mucha intención se mostraba la pareja de Trump a principios de 2000 cuando su relación no había hecho más que empezar. Era el comienzo de lo que hoy es una pareja totalmente consolidada: están casados hace más de una década y tienen un hijo.

De darse la situación probable de que su esposo suceda a Obama, ella sería la primera consorte estadounidesde de la que se conocerían todas sus ‘intimidades’ pues, por su trabajo, ha posado desnuda varias veces, algo que no es un hecho aislado o puntual, sino frecuente en la vida de Melania.

Nacida en la Eslovenia de 1970 (cuando aún era parte de Yugoslavia) es hija de otra modelo, Amalija, lo que le permitió conocer desde niña el mundo de la moda; profesión a la que se dedicaría desde que el fotógrafo Stane Darko la descubrió a los 17 años mientras paseaba por un centro comercial.

Darko no erró el tiro: tras el posado, Melania que ya había cambiado su verdadero apellido por Knauss, firmaba contrato con una agencia de modelos en Milán. Paolo Zampolli, dueño de la importante agencia de modelos que la llevó a hacerse un hueco, la fichó.

Así comenzó la carrera de la posible futura primera dama y de la que Zampolli decía que era muy poco aficionada a las fiestas y que prefería quedarse en casa.

Se conocieron en una fiesta

En 1966 pisaba Nueva York y comenzaba a aprender a rebajar el pudor y la vergüenza, y la inseguridad que no lograba quitarse de encima. Eso sí, trabajó sin parar durante años, y precisamente por ello y así conoció a su actual pareja.

Fue Zampolli quien la llevó a una fiesta organizada por él en el Kit Kat Club con motivo de la Semana de la Moda de Nueva York de 1998, y donde estaba también el millonario Donald Trump. Quedó completamente seducido por ella.

Tras divorciarse de su segunda esposa, Marla, en 1999, empezó a salir con Melania, que tenía entonces 29 años, y a la que la prensa sensacionalista rápidamente le puso la etiqueta: descarada cazafortunas. "La prensa puede llegar a ser muy cruel. No se puede abrazar un apartamento o un avión", respondió la modelo.

Pero la respuesta definitiva la dio con un hecho: se casó con él el 22 de enero de 2005 en Palm Beach. Y ahí ya sí que parece que se le quitaron las inseguridades y timideces que parecía que tenía y ejerció el papel de "mujer de" encantada. No dudó desde ese momento en mostrar imágenes de lujo: en aviones privados o con ostentosas joyas, por las redes sociales.

Durante años, Melania no se lo ha pensado a la hora de mostrar la suite del Trump Tower que ocupa junto a su hijo (nacido en 2006). No ha desaprovechado la oportunidad de montar su propio negocio de joyería.

Melania, que habla cuatro idiomas, se ha convertido, y en todos los campos: desde cuestiones políticas hasta cómo ir o estar en una entrevista, en la asesora absoluta de su marido, al que defiende a capa y espada de las críticas que recibe por sus convicciones.

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