El fotógrafo Jeroen Kramer narra su historia de amor con Beirut

  • Desgarrado por sus años como reportero en Oriente Medio, Jeroen Robert Kramer firma una declaración de amor por el pasado perdido la capital de Líbano.
  • El documentalista holandés narra en 'Une femme' una historia con varios niveles de lectura sobre la amistad melancólica entre un caballero libanés y un fotógrafo.
  • Aunque los protagonistas nunca aparecen en las imágenes, el mundo circundante de objetos y paisajes marcados por la violencia es delicadamente retratado por Kramer.
Foto de la serie sobre Beirut del holandés Jeroen Robert Kramer
Foto de la serie sobre Beirut del holandés Jeroen Robert Kramer
© Jeroen Robert Kramer
Foto de la serie sobre Beirut del holandés Jeroen Robert Kramer

Familiarizado con el uso de la cámara para mostrar los desgarros de la violencia en Oriente Medio de un modo explícito, el holandés Jeroen Robert Kramer (Ámsterdam, 1967), que no por casualidad estudió Literatura, ha decidido que la fotografía puede comportarse como una pluma y narrar una historia con  varios niveles de lectura sobre un único telón de fondo: el amor sin condiciones que del autor hacia Beirut, la dolorida capital del Líbano, ciudad en la que reside y por la que siente la misma ternura que un pretendiente seducido.

Une femme (Una mujer) es el resultado del esfuerzo de Kramer por encontrar un espacio impreciso entre las imágenes y la palabra. El reportaje documental, que estrena el museo de fotografía Huis Marseille de Ámsterdam y estará en cartel entre el 12 de marzo y el 5 de junio, está basado en una historia de melancólica amistad a cuyos protagonistas nunca vemos: Khiar, un apuesto y elegante anciano libanés, y un fotógrafo fascinado por el destino trágico y la todavía poderosa presencia de Beirut.

'Amor libanés en múltiples dimensiones'

Definida por la pinacoteca como "una historia de amor libanés en múltiples dimensiones", la serie está condicionada por la negativa de Khiar —quizá un alter ego de la ciudad liberal y moderna que una vez fue considerada el París de Oriente Medio y que hoy está surcada por las cicatrices todavía abiertas de décadas de guerra y violencia— a dejarse retratar por el fotógrafo. Este decide entonces asomar su cámara a todo aquello que va encontrando por azar en las calles —Kramer ya había firmado una hermosa serie de objetos encontrados en Beirut—, desde semáforos que parpadean hasta parterres milagrosamente verdes o rótulos de peluquerías.

En un momento dado, el fotógrafo intenta explicar a Khiar las razones de la obsesión por las piezas que componen el rompecabezas de la ciudad. "Quiero que mi trabajo capture la vida cotidiana. Quiero la sutileza, la poesía y la dulzura de lo banal porque ya he tenido suficiente espectacularidad cuando trabajaba por el New York Times", dice. Desea, con una inocencia tallada por la esperanza, que los recuerdos amargos de las guerras se transformen en arte y que el silencio sea otra vez posible.

'El precio por la miseria de otros'

El empeño en no dejarse retratar del "caballero libanés" —educado, francófono y culto— obceca tanto al fotógrafo como para llevarlo a documentar de manera minuciosa todo aquello que rodea la vida de Khiar, los centenares de pequeños objetos de su abigarrada vivienda. Pero, ¿son de verdad estas las posesiones del libanés o está el fotógrafo tan obnubilado, como cree adivinar en una pesadilla, que ha creado al personaje como a una proyección de sí mismo? Cuando relata al viejo el sueño, obtiene esta respuesta: "Es el precio que uno paga por haber vivido la miseria de otros".

La colección de fotos y montajes multimedia de Kramer muestra que la verdad es irrelevante y que en el caso de Beirut la marcha atrás en imposible y el pasado se ha perdido para siempre. El odio sectario de los extremismos religiosos y la violencia de los vecinos israelitas son como el "elefante en la habitación", una presencia no por invisible menos concreta.

Dejó el fotoperiodismo en 2008

Kramer comenzó a trabajar en Oriente Medio y otras zonas africanas y asiáticas guerra en 2000 como reportero de Getty Images. En 2008, desgarrado por la situación de drama continuo del Líbano, dejó el fotoperiodismo y comenzó a elaborar crónicas más personales y poéticas. Su primer libro, Room 103 (2009) ganó el premio a la mejor colección de fotografía documental de Holanda. Con Beyrouth Objets Trouvés (2012), que considera como un estudio preliminar para Une femme, obtuvo el galardón de los editores de Nueva York.

La exposición de Ámsterdam se completa con la proyección del documental The World According to Monsieur Khiar (El mundo según 'monsieur' Khiar, 2015), dirigido por Sjors Swierstra, que siguió al fotógrafo mientras tomaba las imágenes que compondrían la serie.

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