Un año de parón y Miss Caffeina vuelve con un trabajo que ya desde la portada avisa de las ganas de salir del punto oscuro: es rosa, muy rosa. Y la música, incluso en las canciones más serias, está pensada para que el baile continúe se diga lo que se diga. El título: Detroit, todo un símbolo de subida a lo más alto y posterior caída: "Tuvo un auge, ahora es un lugar desolado y hay que volver a reconstruirlo en todos los sentidos, y ese es el panorama actual", dice el cantante Alberto Jiménez que con Antonio Poza (bajo) son quienes nos atienden.

Han cambiado de registro, ¿lo más complicado será que les escuchen sin prejuicios?

Alberto Jiménez: Cuando haces un disco diferente puede pasar que a gente que te escuchaba ya no le intereses y al revés. No lo pensamos mucho mientras grabamos. Es muy difícil contentar a todo el mundo.

¿Incluso no muy positivo?

A: No pensamos en ello, es imposible y no lo pretendemos.

Sería como caerle bien a todo el mundo... Algo estaría fallando, ¿no?

Toni: Que nos escuchen sin etiquetas y que escuchen la música, y si les gusta, pues bien. Es lo que nos apetecía hacer.

Casi se han ido al otro lado para salir de lo oscuro...

A: Nosotros casi siempre hablamos de desamor, soledad y tristeza, que es el sentimiento más fértil y que más te lleva a componer. Es mucho más complicado que compongas cuando estás feliz. Es como Instagram, cuando alguien está sin subir fotos es que en ese momento lo está pasando bien, porque no se está preocupando de subir fotos, está disfrutando el momento. Aquí pasa lo mismo.

¿Han tenido entonces que pasarlo muy mal para sacar este disco?

T: No mal, pero sí estábamos agotados y había tiranteces. Te apetece desconectar y vivir la familia. Es necesario. Y se nota en este disco: aunque hable de cosas muy profundas hay mucha luz.

¿Han estado el año entero sin verse?

T: Muy puntualmente. Pero era lo que queríamos, lo hicimos aposta separarnos así. Queríamos separarnos mucho para tomar oxígeno y renovarnos. Estiramos demasiado todo lo anterior y no parábamos y había tiranteces y necesitábamos oxígeno. Y ahora lo vamos a coger con ganas...

¿Qué han aprendido?

A: Va con hacerte más mayor, aunque seamos jóvenes, de media treinta y algo, pero empiezas a preguntarte si vale la pena no ver a tu familia. Y sabemos que somos muy afortunados, pero todo cansa y a todo te acostumbras. Echaba de menos estar un sábado por la tarde viendo una serie.

¿Han cambiado las prioridades?

A: Han cambiado las prioridades, sí, supongo que lo siguiente será tener un hijo. Y antes estabas en todo, hacías todo, y con el tiempo ya sabes con quién trabajar y qué hacer y no hacer.

¿Optimistas con la música nacional?

A: Echamos de menos tomarse en serio menos, pero el panorama está muy bien.

El musical, ¿no?

A: Sí, sí, el musical. De hecho cuando el panorama social está muy mal, el musical va muy bien. Siempre ha pasado. Pero como no hay apoyo a la cultura, pues no se ve todo lo que hacen otros, pero creo que es una época muy buena.

¿Cómo les gustaría que les recordaran?

A: A mí me preocupa mucho. Si nadie escribe nuestra biografía o mi biografía es que no has dejado huella. Hay que provocar el interés para que alguien hable de tu vida. Me gustaría que nos recordasen como un buen grupo cuya música definía la época.

¿Cómo reconstruirían el panorama social?

A: No sé, pero hay que reconstruirlo. Tenemos una tolerancia con la corrupción... Y luego está este chip cristiano, que te lo han metido en la cabeza y me pregunto por qué hay gente que se rige por eso viendo que no funciona.

Sí, pero la reconstrucción ¿hacia dónde?, ¿cómo?

A: No lo sé, a veces pienso que no es cosa mía. Puedo hacer cosas individualmente, pero quien tiene que hacerlo es el que se dedica a ello.

Bueno, podemos hacer grupo, unirnos más, ser menos individualistas. No digo que seamos culpables..

A: No sabíamos lo que estaban haciendo... Al final, cuando faltan las cosa de primera necesidad es cuando sale a la calle. Error, había que luchar antes. Pero creo que hay luz ahora.

¿La música entra dentro de esa primera necesidad?

A: Totalmente. Decía Carmena que cuando en el franquismo había una ley que penaba la homosexualidad y que no se cambió en la Transición fue la cultura la que lo hizo visible y logró que quedara la ley en desuso. La cultura de un país marca la época de un país. Asocias cada época a la cultura más que a quien gobernaba un país.