El presidente del comité de empresa de la planta de TRW en Pamplona, Josi Álvarez, ha lamentado que la plantilla no tuvo este pasado martes "nada bueno para votar", después de más de un mes en el que "negociación ha habido más bien poca" por parte de la dirección de la fábrica.

Así lo ha afirmado Álvarez después de que este pasado martes la plantilla de TRW en Landaben decidiera aceptar la última oferta presentada por la dirección de la compañía, que reduce de 250 a 123 el número de despidos previstos en el ERE planteado. El resultado de la votación fue de 327 votos por el sí, 223 por el no, y diez blancos.

Álvarez ha lamentado que la plantilla, a la hora de votar, "tenía dos opciones: una mala y otra mala también". En este sentido, ha explicado que el comité en pleno había acordado llevar a votación de la plantilla lo último que se acordase, pero se tuvo que trasladar la última propuesta de la dirección. "No había nada bueno para votar", ha dicho.

Según el presidente del comité de empresa, después de 35 días de conversaciones con la dirección tras el anuncio del ERE, "negociación ha habido más bien poca". Así, ha criticado que durante este tiempo la empresa "ha tenido al comité ofreciendo alternativas", pero "lo único que se ha conseguido es minorizar el daño".

En concreto, Álvarez ha explicado que los despidos se quedan en 123 de una plantilla de 650 empleados, se ha conseguido aumentar las indemnizaciones por despido, se ha dado el plazo de un mes para que los trabajadores puedan acogerse a bajas voluntarias, y si en 2017 y 2018 hay jubilaciones, se podrán incorporar a la plantilla personas afectadas por el ERE.

Álvarez ha destacado que "desde el momento en el que sale una persona despedida de una empresa un comité no puede estar satisfecho ni contento y en este caso son 123 trabajadores los que van a salir".

"chocamos contra la misma pared"

Por otro lado, el presidente del comité ha insistido en que "desde un principio hemos dado alternativas para evitar despidos, para que entraran en razón, pero desde un principio hemos chocado contra la misma pared". "Ellos sabían que la prioridad del comité era evitar los despidos, pero sólo se ha conseguido minimizar los daños en cuanto a bajas voluntarias y reingresos en la planta", ha precisado.

En cuanto al papel que ha tomado el Gobierno de Navarra en este conflicto, Álvarez ha valorado que posibilitara la formación de una mesa negociadora con la dirección y ha asegurado que el comité no puede decir "nada" que el Ejecutivo no pusiera a disposición de los representantes de los trabajadores.

Sin embargo, ha insistido en que la ley estaba en su contra a la hora de negociar el ERE, por lo que ni el comité de empresa ni el Gobierno de Navarra han podido posibilitar "un final feliz" para el conflicto.

Finalmente, Álvarez ha querido destacar que los representantes del comité de empresa comenzaron el proceso de negociaciones "unidos" y después de más de un mes el comité "sigue unido". A partir de ahora, ha concluido, los delegados sindicales trabajarán y estarán "vigilantes" por que "se cumplan las condiciones de cuatro años sin despidos en la planta y de inversiones para que la fábrica tenga futuro".