El jefe del puesto de mando de FGV se enteró "por bomberos" del descarrilamiento y descarta haber recibido presiones

Asegura que no tenía conocimiento de las reuniones organizadas por la consultora HM Sanchis y que la carta de la exgerente "no tuvo mala fe"

El jefe del puesto de mando de la circulación de trenes de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), José Miguel Santos, ha asegurado que inicialmente tuvo conocimiento "por una llamada rapidísima de bomberos" del descarrilamiento del vagón siniestrado de Metrovalencia el 3 de julio de 2006, en el que murieron 43 personas y 47 resultaron heridas, y que más tarde supieron que era "algo gravísimo" por un maquinista. Santos ha rechazado, además, haber recibido "cualquier tipo de presión" por parte de la compañía: "Ni conocía a la empresa de comunicación HM Sanchis ni sabía que se hacían reuniones para hablar del tema".

En la sexta jornada de la comisión de investigación de las Corts Valencianas sobre el accidente, Santos ha explicado que durante la jornada del siniestro empezaron a "sospechar que pasaba algo tras la llamada de bomberos" y que posteriormente confirmaron el descarrilamiento por la llamada de un maquinista. "No estábamos acostumbrados a esto, nunca había pasado y cada vez que lo recuerdo se me ponen los pelos de punta, fue muy duro", ha manifestado.

Concretamente, ha detallado que el 3 de julio de 2006 "el servicio se estaba desarrollando normalmente" y que, en primer lugar, recibieron un aviso de que el túnel se estaba quedando sin tensión, algo que "podía ser normal" y se quedó "congelada" la pantalla que captaba las cámaras de vigilancia del tramo de Jesus.

Tras la "rapidísima" llamada de bomberos sobre el descarrilamiento y varias comunicaciones "sin respuesta" con el maquinista, vieron que en la estación había "humo o polvo" y pensaron que "se podía haber caído el techo".

Una vez confirmado el siniestro, el jefe del puesto de mando ha recordado que "hubo que seguir con el servicio en estado no de miedo, sino de 'shock': nos pinchaban y no nos sacaban una gota de sangre. Te hundías por momentos conforme te enterabas de la cantidad de víctimas, eso nunca se olvida ni se digiere fácilmente".

"en mi caso no hubo mano dura"

Preguntado por el diputado socialista José Enrique Muñoz sobre si se "cocinó" una versión oficialista del accidente por "FGV, HM Sanchis y el PP", Miguel Santos ha insistido en su "lealtad" a su puesto y en que no sabe "absolutamente nada: ni quien era la consultora en ese momento ni que se hacían reuniones para hablar del tema". Por tanto, considera que "si ha habido ascensos no sé si han sido por seguir una versión". "Yo no me meto en chismes y a mí no me subieron de puesto", ha aseverado.

Al respecto, ha asegurado que tampoco sabe "si han castigado a alguien ni si había mano dura, en mi caso no", porque "nunca me dijeron lo que tenía que decir o hacer y el puesto de mando hacía su tarea diaria".

En cuanto a si le llegó una carta similar de la exgerente de FGV, Marisa Gracia, a la recibida por el entonces jefe de estación de Valencia Sud, Juan Gracia, pidiendo "evitar mostrar opiniones que perjudicaran a la empresa", el jefe del puesto de mando ha reconocido haberla recibido en su momento, aunque ha rechazado sentirse coaccionado por ella: "No la vi con mala fe, era de apoyo a esos momentos duros que estábamos viviendo y tampoco la leí entre líneas ni le di más importancia".

Interrogado por el diputado popular Alfredo Castelló por si los maquinistas o el resto de personal podrían haber recibido presiones, Santos ha dicho que no le "consta" y que "jamás" se lo han comentado, al tiempo que ha destacado que en FGV "no existe una prima salarial de puntualidad para maquinistas y reguladores, como sí pasa en otras empresas" y que el cumplimiento del reglamento era "vital" para el personal, "su vademécum".

En relación a los maquinistas, ha subrayado que no ha tenido "queja de ninguno de ellos" y que "es lógico que unos sean más rápidos que otros, pero todos son buenos", ya que a su entender, "no merece la pena jugarse la posibilidad de que ocurra un accidente por llegar al a hora".

Sobre la comisión de investigación del año del accidente, ha incidido en que desconoce por qué no compareció y que "solo" sabe que pidió su intervención el grupo socialista. "Hasta ahí puedo decir, lo estableció la dirección de FGV y no sé quién me vetó", ha declarado.

"escasez" de trenes

Por otro lado, preguntado por el estado de los convoyes, Miguel Santos ha señalado que FGV "tenía en esos momentos escasez de unidades", que "se retiraban siempre al detectarse una avería que impida el movimiento del tren", y que el puesto de mando "no detectó" imperfecciones en las vías. Según él, "normalmente todos los días ocurren cosas y hay que actuar, siempre hay que sacar algún tren para regularizar el horario".

En esta línea, ha asegurado que los tiempos de frecuencia, que "en algunos casos son los mismos que hace diez años, de cuatro a siete minutos, más o menos se cumplían" y que si había retrasos "el problema eran los tramos de vía única". Así, inquirido por si los trenes estaban anticuados, considera que "en el ferrocarril la tecnología vuela y que a lo mejor la de entonces quedaba un poco obsoleta".

Sobre posibles "prisas" para realizar los trabajos de reactivación de la vía tras el siniestro —que tardaron dos días— el jefe del puesto de mando ha explicado que es "normal" que hubiera voluntad de reponer el servicio "cuanto antes y con total seguridad". "A toro pasado todos tenemos la solución, pero hay que aprender de los errores que se pueden cometer, y en eso estoy yo", ha apostillado.

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