Un hombre abrió fuego ayer contra los fieles de una iglesia de la Primera Congregación en el suroeste de Missouri, en Estados Unidos, y acabó con la vida de tres personas, entre ellas el pastor, además de causar heridas a otras cinco.

Las víctimas del tiroteo se encontraban en plenas oraciones cuando el agresor irrumpió en el centro religioso con tres armas, incluyendo una pistola semi-automática de 9 mm. Ordenó a los niños que salieran del templo y comenzó a disparar a las personas que quedaban dentro, entre 25 y 50, según relata la CNN.

Después de disparar contra los congregados, de matar a tres de ellos y de herir a otros cinco, los fieles fueron tomados como rehenes. Una vez que llegó la policía consiguió liberar rápidamente a los secuestrados, después de una negociación que no duró más de diez minutos.

Entre las víctimas mortales está el pastor de la iglesia, el reverendo Kernal Rehobson, y dos de sus fieles. Los heridos fueron llevados al hospital y los médicos declararon que no se teme por sus vidas.