Londres, pasado y presente del vinilo

Vinyl Junkies, una de las más emblemáticas tiendas de discos del Soho.
Vinyl Junkies, una de las más emblemáticas tiendas de discos del Soho.
Vinyl Junkies, una de las más emblemáticas tiendas de discos del Soho.

Apenas quedan unos minutos para que los dos responsables de la tienda de discos de segunda mano Harold Moore, en Noel Street, cierren las puertas del local. Entre las paredes de sus dos plantas y en medio de un suave olor a casa antigua, miles de discos de jazz y música clásica esperan su oportunidad. Pese a que el tiempo apremia, ambos disfrutan de unas pintas sentados ante la caja, al tiempo que nos revelan algunos de los secretos de Harold's.

La tienda lleva abierta más de 30 años, desde 1977, lo que la convierte en la más longeva de toda la ciudad. Se trata de todo un logro, teniendo en cuenta el alto precio de los alquileres de la zona -en pleno barrio del Soho- y la crisis global que afecta a la industria discográfica mundial. Sólo en lo que va de año, seis tiendas de discos de los alrededores han echado el cierre.

Pero siempre hay un hueco para los nostálgicos del vinilo, y al tiempo que todo esto sucede se produce la paradoja de que el formato vive una segunda juventud. En España, por ejemplo, las ventas de vinilos se incrementaron un 10% en 2006. Y no todo se debe a la labor de los Djs, sino también a un creciente número de personas que aprecian el tamaño de su portada, su inimitable sonido y su carácter de objeto único y especial.

A escasos metros de Harold's, Berwick Street y las calles aledañas conforman uno de los puntos de encuentro de parada obligatoria para los amantes de los discos.

Especializada en funk, soul, disco y música electrónica, aunque con una completa colección de pop y rock, Vinyl Junkies aguanta el tipo desde 1992. Su denominación ha variado desde entonces, cuando se llamaba Honest Jon's, pero el espíritu pervive intacto.

Para James, su actual encargado, la magia de la tienda reside en que la frecuentan personas de todas partes del mundo, lo que contribuye a un intercambio constante de influencias y estilos. "Esta exposición a todo tipo de música es lo mejor de trabajar en esto", afirma.

En la acera de enfrente, Sister Ray luce con orgullo en su escaparate la leyenda "2007 winner best independent record shop", un premio concedido por los lectores de Music Week Magazine que la reconoce como la mejor tienda de música independiente de toda Gran Bretaña, lo que se comprende a la perfección al traspasar sus puertas.

En sus paredes, pintadas de riguroso negro, varias pizarras anuncian los nuevos singles de los grupos que más pegan, junto a su precio en formato 7 pulgadas y CD. El precio de los singles ronda las 4 libras (6 euros), aunque es posible encontrar muchos de ellos a una libra o incluso a 50 peniques.

Sus responsables hablan del dubstep como uno de los fenómenos de los últimos años, y uno de los que más discos vende. Nacido en la zona sur de la ciudad, la más desfavorecida, el género es un híbrido entre el drum and bass más experimental, el ambient y el dub, en el que los ritmos entrecortados sustentan melodías oscuras e inquietantes. Junto a él, el indie-rock se lleva la palma entre lo más solicitado.

La música negra tiene un hueco de honor en el Soho. Uptown Records y BM (Black Music) abarcan desde hip hop hasta reggae , pasando por el soul, el r 'n' b, el grime o el funk.

También en la misma zona, Phonica se ha convertido por méritos propios en una de las tiendas de música electrónica más reputadas de la ciudad, con un amplísimo catálogo de tecno, house, electro o drum n' bass.

Para Miguel, un malagueño asiduo al local, al que acude habitualmente desde hace cuatro años, se trata de "un punto de reunión con muy buen ambiente", además del epicentro de un sinfín de eventos relacionados con el mundo de la electrónica.

La reinvención de Rough Trade

Pero no todo se cuece en el Soho. En Brick Lane, una coqueta calle situada al este de la ciudad y hogar de la comunidad bengalí, tiene su cuartel general Rough Trade. Al mismo tiempo tienda de discos, cibercafé, galería de exposiciones y sello discográfico (con las oficinas ubicadas en su interior y a la vista de los clientes), su nombre está esculpido en letras de oro en la historia de la nueva ola y el punk británicos.

Nacido en 1978, hoy es un auténtico templo dedicado a la música en el que se pueden adquirir discos de todos los estilos, a precios en ocasiones sorprendentemente asequibles y en otras, privativamente caros.

Más allá del Soho y la imprescindible Rough Trade, sería injusto no citar a Camden Town, el icono junto a Portobello de los mercados londinenses, y otro de los puntos de interés, sobre todo por su gran número de tiendas de discos de segunda mano. Junto a las decenas de establecimientos desperdigados por todo Londres, conforman el crisol de sonidos de una ciudad en la que confluyen todos los sonidos habidos y por haber. Que no pare la música.

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