Adolf Hitler no sólo escuchaba a Wagner o Beethoveen, que para los nazis representaban la superioridad de la raza aria, sino que se deleitaba con intérpretes y compositores judios y rusos, según revela la revisa germana Der Spiegel en su último número.
Así lo muestran los cerca de 100 vinilos encontrados en la bohardilla de la casa de la familia de Lew Besymenski, un capitán de inteligencia del ejército ruso, que en 1945 entró en uno de los búnker de Hitler y se llevó consigo toda la colección del dictador.
Besymenski ocultó la existencia y procedencia de los vinilos porque tenía miedo a que lo consideraran un ladrón; después de ser descubiertos por una de sus hijas en 1991, el antigua capitán le reveló la historia, que no ha trascendido hasta el pasado junio, cuando Lew Besymenski falleció a los 86 años de edad.
Compositores prohibidos
Lo que Hitler denostaba y prohibía para el pueblo alemán, lo escuchaba en la intimidad; así, Hilter tenía vinilos de rusos como Tchaikovsky, Rachmaninov o Borodin, sin que le importara mucho que él mismo calificara a los rusos como 'Untermenschen', o infrahumanos.
Pero la cosa va más allá, ya que el
Hitler también tenía alguna interpretación del pianista austriaco y judío Artur Schnabel, cuya madre fue asesinada por los nazis.
En 'Mi Lucha ', el propio Hitler negaba a los judíos la capacidad de hacer arte, así como asegurar que "los judíos no han aportado nada original a los dos reinas del arte, la arquitectura y la música".
Esta historia recurada a la del pianista polaco y judío Wladyslaw Szpilman , cuya supervivencia al Holocausto como pianista, inspiró la película de Roman Polanski, 'El Pianista' .
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