Más de 300 agentes de Policía y Guardia Civil participarán en el dispositivo de seguridad organizado con motivo de la celebración, del 18 al 21 de febrero, de las Bodas de Isabel, la fiesta de ambiente medieval que recrea la leyenda de los Amantes de Teruel.

La Junta de Seguridad Local celebrada este jueves en el Ayuntamiento turolense ha dado el visto bueno al dispositivo, según ha explicado el subdelegado del Gobierno en Teruel, José María Valero, quien ha recordado que "tenemos gran experiencia en este evento" y, a diferencia de otros como la Vaquilla cuando los protagonistas son jóvenes, en este caso el público se compone de "personas de edad más madura".

Valero ha informado de que habrá más de 90 agentes de la Policía Nacional de la Comisaría Provincial de Teruel reforzada "con dos unidades especializadas en carteristas, así como una unidad de antidisturbios llegadas de Zaragoza".

En el dispositivo también participan los agentes de la Comisaría de la Unidad de Policía adscrita a Aragón y unos 150 agentes de la Guardia Civil, en un radio de 50 kilómetros para control de tráfico con el apoyo de un helicóptero.

La gran afluencia de personas en estos días, ha comentado el subdelegado, "es controlable, no son las aglomeraciones de otras fiestas" y ha recordado que, como en años anteriores, se controlarán elementos como cuchillos, navajas y otras armas.

Toda la plantilla de la policía local

A esos efectivos se sumará toda la plantilla de la Policía Local, ha detallado la alcaldesa en funciones, Emma Buj, dado que el Ayuntamiento "tiene competencias amplias, desde venta callejera de alimentos, portar armas blancas y las aglomeraciones".

Buj ha precisado que en cada plaza en las que se desarrolla la fiesta habrá un responsable y "habrá un dispositivo especial en la plaza del Torico en la tarde del sábado cuando se celebre el festejo taurino del toro ensogado".

La alcaldesa ha señalado que en el dispositivo especial con voluntarios montado el año pasado con ocasión del festejo taurino popular del toro ensogado "la experiencia fue buena y este año se continuará y reforzará".

La celebración del festejo taurino popular del toro ensogado implica un animal suelto en la plaza del Torico sin ningún tipo de protecciones y supone el cierre de los accesos a ese espacio y el control para evitar "que haya carritos de bebés o niños a hombros de sus padres" y servirá para informar a quienes accedan del riesgo existente.