Las autoridades afganas investigan la muerte a tiros de un niño que llegó a dirigir combates contra los talibanes y que fue asesinado por los propios insurgentes en circunstancias no aclaradas.
Wasil Khan recibió dos disparos en la cabeza el lunes cuanto iba a comprar fruta cerca de su casa en Trinkot, capital de la provincia de Uruzgan (sur de Afganistán), y falleció en un hospital de la vecina Kandahar al que fue trasladado en helicóptero.
Los talibanes reivindicaron la acción, que calificaron como "un ataque táctico" contra una "marioneta" de la Policía local. "Nuestros órganos de seguridad han emprendido una investigación sobre el asesinato y están trabajando para recoger información creíble", dijo el gobernador de Uruzgan, Nazir Kharotai.
El chico fue entrenado por su tío en el manejo de armas y tomó el mando después de que él resultara herido, según relató a Efe el propio Samad, un excombatiente talibán que hace cuatro años dejó a los insurgentes para unirse a las tropas afganas en el conflicto que desde hace más de 14 años castiga al país asiático.
El tío cuidaba de su sobrino desde que su padre, también policía, murió hace tres años en luchas con los talibanes. Samad aseguró que el menor nunca estuvo enrolado formalmente en la Policía, aunque combatiera contra los insurgentes.
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