Botijos contra el cambio climático

  • Se trata de una forma de refrigerar el agua sin tener que usar la nevera.
  • La campaña es una forma de llamar la atención sobre la cantidad de residuos que generamos.
  • La Fundación Tierra ya envió un botijo a un Consejo de Ministros del pasado julio.
Botijo
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La Fundación Tierra , con la colaboración del Museu del Cantir de Argentona (Barcelona), han lanzado una original campaña contra el cambio climático. Se trata de usar el tradicional botijo para refrescar el agua en verano y así ahorrar energía eléctrica de la nevera.

El presidente de la Fundación Tierra, el biólogo Jordi Miralles, aseguró a 20minutos que el objetivo de incentivar el uso del botijo "es sobre todo una forma de llamar la atención sobre la cantidad de residuos que generamos". Asimismo, Miralles explicó que han recibido numerosas llamadas de particulares interesados en la campaña y que varios la han puesto en práctica.

Además de refrescar el agua sin originar emisiones con efecto invernadero, el botijo efectúa una refrigeración no excesiva respecto de la temperatura corporal y evita el dolor de garganta que puede provocar la ingesta de líquidos demasiado fríos.

Para hacer conocer su campaña, la Fundación Tierra ya envió un botijo el pasado julio a un Consejo de Ministros dedicado a la lucha contra el cambio climático y a cumplir con el protocolo de Kioto .

En cuanto al método de refrigeración del agua , Gabriel Pinto Cañón, profesor de la Escuela Superior de ingenieros industriales de la Universidad Politécnica de Madrid, explicó a este diario que el agua sale por los poros de la cerámica del botijo, y así, al evaporarse, toma el calor latente de vaporización del agua de su interior, consiguiendo que ésta se enfríe.

Otros métodos tradicionales 'ecológicos'

Nuestros abuelos adoptaban diariamente otros métodos de vida que pueden ser considerados como ecológicos ya que permitían el ahorro de energía. Por ejemplo, recogían la leche siempre en la misma botella sin usar un envase nuevo cada vez y fabricaban jabón casero con el aceite que sobraba. Además, iban a por agua con el cántaro y utilizaban poca electricidad. Hace unos años, los cascos de las botellas de cristal se devolvían a los supermercados a cambio de unas pesetas.

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